El caso Oltra, Vox y la ley Trans

No sé si la condena de 5 años de cárcel por abusos a una menor, que todavía no es firme, al exmarido de Mònica Oltra, será confirmada por el Tribunal Supremo. Y evidentemente de ahí podrán venir otras condenas a distintos trabajadores por encubrimiento y a la propia Oltra. Sí sé lo que se dice del caso en los foros ultras: “Hemos hecho probar a Oltra y a los podemitas su medicina. La prevalencia de la presunción de culpabilidad del hombre y de veracidad de la mujer”.

No es que sea cierto que la palabra de la mujer valga más legalmente que la de un hombre. Sí lo es en lo que se refiere a la violencia entre dos personas que tienen o han tenido una relación de pareja o sexual o de convivencia, que el artículo 153 del Código Penal impone una pena más dura si el agresor es hombre que si es mujer. Existe la percepción social de que las medidas cautelares que se imponen son distintas si el denunciado es hombre o mujer, y de ahí Vox está sacando muchos votos. Los casos de los exdiputados de la CUP y Junts Quim Arrufat y Eduard Pujol, que vieron truncada su carrera política, y sufrieron el escarnio social por unas denuncias de acoso que la investigación dijo que eran falsas, confirman esa sensación.

Decir esto no significa estar de acuerdo con Vox ni cuestionar las mil mujeres asesinadas víctimas de la violencia machista de los últimos 20 años. La ultraderecha sabe que de aquí puede sacar muchos votos, y con el caso de Oltra se frotan las manos, porque, como se dice en los foros ultras, se ha hecho probar a Oltra y a los progres su medicina. Dos conocidos ultras contrarios a las leyes de la violencia de género o machista se han personado: el abogado José Luis Roberto, presidente de España 2000, como acusación particular o abogado de la denunciante, y la exdirigente de Vox Cristina Seguí, en nombre de la entidad Gobierna-te, como acusación popular. Ambos han hecho dar la vuelta al caso e imputar a más gente.

Los hechos son que una menor de un centro de acogida que a menudo debía ser contenida físicamente o aislada para evitar incidentes con otros menores denunció al funcionario, exmarido de Oltra, por tocamientos y por masturbarse ante ella, mientras se hacía la dormida. En ese primer juicio la chica fue conducida al tribunal esposada por sus pérdidas de control, lo que sorprendió a la jueza, que hizo que le quitaran las esposas. El juzgado de lo penal condenó en 2019 al exmarido de Oltra a 5 años de cárcel por un delito de abusos a una menor. La condena fue recurrida y, dando validez a dos informes periciales que cuestionaban la versión de la menor, el TSJ de la Comunidad Valenciana la anuló y ordenó que se repitiera el juicio. Aquí es cuando comparece primero José Luis Roberto. Un bicho raro de la ultraderecha que nunca ha podido aliarse con la tradicional, la ultracatólica, por su vinculación, hasta 2011, a la patronal de prostíbulos, ANELA, de la que es secretario general técnico. Asumió la acusación particular; es decir, la defensa de la chica. Luego comparecerá en el caso Seguí, como acusación popular. Se repitió el juicio, que confirmó la condena al exmarido de Oltra, quien sigue negando los hechos y ahora está pendiente del recurso al Supremo. Simultáneamente, por las acciones de Roberto y Seguí y las idas y venidas judiciales, se han imputado a varios trabajadores de la Conselleria y a Oltra, que ha acabado dimitiendo.

Si Vox saca muchos votos de esa sensación de que la ley y la sociedad niegan la presunción de inocencia al hombre, como se vio con Eduard Pujol o Quim Arrufat, ahora se frota las manos con el proyecto de ley Trans. Un proyecto rechazado por buena parte del movimiento feminista y también por muchas diputadas y diputados de izquierdas, sobre todo del PSOE, como la exministra Carmen Calvo. Un proyecto de ley que dice que un chico de 16 años puede decidir cambiar su género en su DNI y, sin ningún cambio físico, utilizar los vestuarios femeninos y competir deportivamente con las chicas. Por parte del movimiento feminista, esto no sólo es un disparate, sino que niega las diferencias que motivaron una necesaria discriminación positiva o cambios legales hacia la mujer, como son la menstruación, el embarazo, la lactancia y la menopausia. Yo, que estoy en las antípodas de Vox, comparto ese rechazo a la ley Trans, que si se aprueba, será rentabilizada electoralmente por este partido.

Susana Alonso
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