CCOO no entiende la pasividad de la administración ante los múltiples casos de agresiones e inseguridad en las cárceles catalanas. La falta de protocolos y el número de bajas en los centros debido a las agresiones propician entre el personal penitenciario la sensación de abandono por parte de la administración.
Así, el sindicato exige aplicar medidas urgentes directamente dirigidas a prevenir y reducir el número de agresiones, que en los últimos cinco años se han incrementado un 100%, y en los últimos seis meses de 2022 han superado ya la cifra de 400 incidentes violentos sufridos por los trabajadores penitenciarios catalanes.
El sábado pasado un trabajador del centro penitenciario Puig de les Basses sufrió una agresión recibiendo un mordisco en el cuello y múltiples golpes en la cabeza. En esta ocasión, la agresión fue en el Módulo Residencial número 6, donde, de forma gratuita y sin posibilidad de reacción, un interno multirreincidente de episodios muy graves en el centro hirió indiscriminadamente al trabajador. El funcionario fue trasladado rápidamente al hospital en ambulancia desde el centro para recibir la atención adecuada a las heridas recibidas.
El 21 de junio otro trabajador del DERT (Departamento Especial de Régimen Cerrado) de Puig de les Basses, sufrió ya una grave agresión, y continúa de baja. Pocos días después, de nuevo en el DERT, otro trabajador sufrió un incidente, por el que sigue recuperándose en casa después de tener que pasar también por la mutua.
