Militares profesionales denuncian que sus nóminas continúan por debajo de otras ocupaciones similares

Lamentan que el presidente Sánchez anuncie un incremento del gasto en Defensa y no se contemple una subida de sueldos de los miembros de las FAS

Mientras el presidente del gobierno central, Pedro Sánchez, insiste que España tiene que aumentar el gasto en Defensa, que tiene que pasar del actual 1,01% del PIB hasta llegar al 2% el 2029, militares profesionales denuncian vivir en un apartheid porque “no se nos quiere aplicar la legislación laboral vigente o las retribuciones y las condiciones profesionales que el gobierno defiende fogosamente para el resto de ciudadanos”. En el marco de la cumbre de la OTAN celebrada a Madrid los 29 y 30 de junio pasados, el presidente Sánchez ha invertido esfuerzos en decir que España cumplirá con los compromisos con la Alianza Atlántica, y que una de los principales hitos de su ejecutivo es el de incrementar el presupuesto del Ministerio de Defensa.

Estas declaraciones contrastan con una realidad muy diferente, la de las condiciones económicas que tienen los profesionales de las Fuerzas Armadas españolas. Desde la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (Asfaspro) denuncian una “actitud recalcitrante y sistemática de la ministra de Defensa (Margarita Robles) y todo su equipo, desde que tomaron posesión de sus cargos” de no querer atender la demanda de los militares. Una demanda que “no se refiere en una subida de sueldo puntual o específica, sino al hecho de que no se retribuye en su justa medida la singularidad de la profesión militar, como sí que se hace con otros servidores públicos, como por ejemplo los policías autonómicos y locales, los bomberos, los componentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, etc.”.

Profesionales de las Fuerzas Armadas reclaman que “cuando vemos casi cada día a la ministra de Trabajo y otros miembros del gobierno que exigen a los empresarios y a los autónomos, retribuciones y condiciones laborales justas para sus trabajadores, resulta casi escandaloso que al mismo tiempo este mismo gobierno se niegue a retribuir la disponibilidad permanente para el servicio, la peligrosidad, la constante movilidad geográfica, el exceso de jornada laboral y el resto de condiciones que hacen singular la profesión militar, aunque a la ministra de Defensa le parezca mal que lo reclamemos desde esta asociación y se niegue una y otra vez a recibir nuestros representantes”.

Un sargento gana menos que un guardia civil
Datos facilitados por Asfaspro apuntan que mientras que la nómina de un guardia civil, sin graduación, destinado a Tráfico, es de 2.311,16 euros en el mes, la retribución mensual de un sargento de las Fuerzas Armadas es de 1.635,53 euros. Y esta distancia entre nóminas crece de manera importante cuando se compara lo que cobra el agente de la Guardia Civil de Tráfico con el que cobra un soldado: el sueldo de este último es de 1.152, 48 euros en el mes.

Así, con estos datos, se pone en evidencia la distancia de nóminas: un guardia civil de Tráfico gana prácticamente el doble que un soldado de las Fuerzas Armadas; y también se evidencia que un guardia civil de Tráfico gana 700 euros más que un sargento de las Fuerzas Armadas.

En este contexto, la asociación de militares concreta que un guardia civil recientemente acabado de salir de la academia y destinado a Tráfico “gana más que un sargento destinado a un submarino, a una unidad paracaidista o a una unidad de vuelo”. Otra comparativa que llama la atención es el hecho que el “componente específico singular” de un guardia civil de Tráfico es de 804,50 euros, cantidad que a las Fuerzas Armadas la percibe un profesional a partir de la categoría de teniente coronel o coronel.

Carta al secretario general de la OTAN
El presidente de Asfaspro, el subteniente Miquel Peñarroya, ha hecho llegar una carta al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. El documento fue leído en la manifestación convocada por militares profesionales en Madrid, días antes de la cumbre de la Alianza Atlántica.

En la carta, Peñarroya se presenta a Stoltenberg “como un combatiente de la OTAN, porque esto es el que he estado en numerosos ejercicios y misiones internacionales y es en lo que puedo convertirme en cualquier momento, como tantos miles de soldados españoles. Y los dos sabemos lo que se espera de un combatiente de la Alianza Atlántica”.

La carta dice que a los militares españoles les falta “sentirnos valorados y apreciados, contar con una carrera satisfactoria y de prestigio, disponer de unas retribuciones dignas”, y que “recibir buenas palabras y medallas sin valor en lugar de la nómina adecuada no es valorarnos ni apreciarnos, no sirve para pagar el pan de nuestros hijos”.

Finalmente, en la misiva, Asfaspro, a la vez que insiste en que cada país miembro dedique el presupuesto adecuado a la Defensa, pide al secretario general de la Alianza Atlántica que “la organización que dirige dote de una carrera atractiva y de una remuneración digna a los profesionales de la milicia, para garantizar así el grado de motivación y de moral que posibiliten la eficacia del esfuerzo militar, porque sin un personal motivado vamos directamente al fracaso”.

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