La presidenta del Parlamento de Cataluña y líder de Junts, Laura Borràs, ha rechazado este martes renunciar al cargo por estar a un paso de juicio por el caso de presunto fraccionamiento de contratos en la Institución de las Letras Catalanas (ILC).
«Es precisamente pensando en la dignidad del Parlamento que considero que no debo dimitir», ha contestado a los dirigentes de otras formaciones políticas que le han sugerido últimamente que, en estas circunstancias, pensara antes en el prestigio de la institución que en sí misma.
Borràs, que ha reiterado que «soy inocente» y se ha mostrado «especialmente orgulloso» de su trabajo al frente de la ILC, ha afirmado que «no tengo intención de dar un paso a un lado como me exigen quienes me quieren apartar de la vida política«.
A estas personas les ha reclamado que eviten «tentaciones partidistas de ampararse en la presunción de culpabilidad«. A los independentistas, en concreto, les ha dicho que los políticos no pueden hacer de jueces. «Lo que censuro es que se quiera aprovechar la autoritaria justicia española como excusa para apartarme«, ha manifestado.
Entre las últimas voces de otros partidos que han sugerido a Borràs que se plantee dejar el cargo están las de Marta Vilalta, la portavoz de ERC, el socio de gobierno de Junts, Carme Forcadell, expresidenta de la cámara catalana, y Jéssica Albiach, la jefa de filas de En Comú Podem en el Parlamento catalán. Todos los grupos de la cámara, salvo el de Junts, son favorables a la suspensión de Borràs si finalmente va a juicio.
Sobre el artículo 25.4 del reglamento del Parlamento de Cataluña, que prevé la suspensión de un miembro de la cámara al que se le ha abierto juicio oral por un caso de presunta corrupción, Borràs se ha escudado esgrimiendo que el parecer de los letrados de la Mesa del Parlamento catalán es que «vulnera claramente la presunción de inocencia».
