Desde que, en abril de 2021, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y los tenientes de alcaldía Jaume Collboni y Janet Sanz presentaron el proyecto de transformación previsto para la antigua fábrica de Mercedes-Benz, en el Bon Pastor, el gobierno municipal no ha desvelado ningún dato sobre el convenio firmado con la propiedad del solar, la sociedad Conren Tramway.
Lo único que se sabe sobre el proyecto, llamado La Mercedes, es lo que la misma promotora publicita: una superilla verde –en una parcela de 200.000 m²– libre de coches, que incluirá viviendas, comercios, oficinas y facultades. En definitiva, un ecobarrio que podría ser idílico si no fuera por la opacidad que caracteriza el proyecto y por los problemas de movilidad que los vecinos auguran que causará en la zona.
La asociación vecinal Maquinista-Mercedes, harta del secretismo de Sanz, titular de Urbanismo, salió a la calle por primera vez la semana pasada para protestar contra la opacidad del gobierno municipal y consiguió reunir decenas de personas. Como los vecinos, los grupos de la oposición han reclamado muchas veces al consistorio información sobre el convenio firmado con la promotora y otros datos económicos, pero 14 meses después del anuncio del proyecto todavía no se sabe qué se ha acordado, qué gana la propiedad y qué gana el Bon Pastor.
Sanz asegura que harán públicos todos los datos –no específica cuando– y trata de quitar hierro a las quejas amparándose en el proceso participativo que el consistorio puso en marcha sobre el futuro de la antigua fábrica. Un proceso que para los vecinos no tiene sentido si no se ponen todas las cartas sobre la mesa y que parece solo un trámite para dar una buena imagen del consistorio, puesto que, según aseguran la asociación y los grupos de la oposición, las decisiones ya están tomadas con la promotora.
“Estamos jugando una partida de cartas a ciegas, porque se han abierto los procesos participativos sin darnos ningún dato técnico ni económico sobre el proyecto”, explica a EL TRIANGLE Félix Calvo, miembro de la junta de la asociación Maquinista-Mercedes. El consistorio tampoco ha presentado ninguna propuesta para el proyecto, y los vecinos manifiestan que, “como que no sabemos cuáles son sus intenciones, no tenemos ninguna herramienta para negociar”.
Vecinos sin equipamientos
La opacidad no es el único agravio del proyecto. La promotora pretende levantar 1.450 viviendas con capacidad para 3.500 nuevos vecinos en una zona del barrio del Bon Pastor caracterizada por la falta de equipamientos y los problemas de movilidad derivados del tráfico que causa el centro comercial La Maquinista.
Además, la cifra de pisos prevista solo puede lograrse si se construye hacia arriba, hecho que dejará a los vecinos que viven en el paseo de La Habana –donde se levantarán las viviendas, orientadas hacia el sol– completamente tapados por los rascacielos. Los nuevos edificios tendrán alturas superiores a las de los ya existentes y, como se aprecia en el diseño de la promotora, se colocarán de tal manera que formarán un tipo de fortificación, una superilla “de puertas hacia adentro”, a parecer de los vecinos.
La asociación Maquinista-Mercedes calcula que, entre los residentes existentes y los que se espera que se trasladen, el vecindario de la zona del parque de la Maquinista aumentará hasta las 8.000 personas aproximadamente, hecho que hace todavía más necesaria la existencia de equipamientos. El proyecto prevé la instalación de centros formativos, pero los vecinos reclaman equipamientos sanitarios y sociales.
“Que haya universidades no soluciona nuestros problemas. Queremos guarderías, un CAP, un centro cívico… Si esto tiene que crecer, necesitamos algo porque no tenemos nada, solo una escuela”, señala el vecindario. Alrededor de La Mercedes se están desarrollando otros proyectos que prevén la construcción de todavía más pisos: 200 en la estación de San Andreu Comtal y 800 más por la ampliación de La Maquinista.
