Semana por la Paz – Arcadi Oliveres

Arcadi Oliveres falleció el 6 de abril del año pasado. Había vivido 75 años, a través de los cuales se había ganado la admiración y el cariño de mucha gente. Su lucha terca y persistente en defensa de la justicia, la paz y los derechos humanos fue y es un ejemplo y modelo para varias generaciones. Encaja perfectamente en la filosofía del libro que estoy leyendo: El buen antepasado, del filósofo Roman Krznaric.

Un nutrido grupo de entidades ha organizado, entre los días 27 y 30 de junio, la Semana por la Paz – Arcadi Oliveres. Y algunas administraciones la apoyan. Entre ellas, la Comisión Europea, organismo que Oliveres criticaba a menudo con dureza. Éste era uno de sus méritos principales: decía lo que pensaba a la cara de todos, pero lo decía de forma reflexionada y respetuosa. Podías estar en desacuerdo, discrepar de lo que decía o pensaba pero su actitud invitaba al debate sosegado. Nunca perdía los nervios pero no renunciaba a la contundencia de sus afirmaciones, independientemente del escenario en el que las expresase.

La semana dedicada a Arcadi Oliveres llega después de unos días llenos de noticias que le habrían hecho daño. Las imágenes de los migrantes subsaharianos tirados por el suelo y golpeados por policías marroquíes a las puertas de Melilla le habrían empequeñecido su gran corazón. Se habría mordido la lengua para no romper su actitud beatífica al escuchar cómo el presidente del gobierno español agradecía el comportamiento de aquellos policías.

La semana que dejamos atrás también ha traído la sentencia del Tribunal Supremo de EEUU que permite que un puñado de sus estados prohíban el aborto. Y días antes, el propio Tribunal autorizaba que la gente vaya por las calles de ese país con una pistola en el bolsillo. La guerra de Ucrania dura ya más de cuatro meses y ha comportado que el número de personas desplazadas en el mundo supere los cien millones y que el hambre y la pobreza se extiendan aún más por él.

Este mundo seguiría sin gustarle y emplearía todas sus energías para conseguir “el cambio de paradigma y de concreción de acciones de incidencia sociopolítica, de manera pacífica, transformadora y no violenta”, que recoge la filosofía de la semana en qué le recordaremos.

Si Arcadi Oliveres estuviera vivo le encontraríamos en las manifestaciones contra la cumbre de la OTAN que se celebrará en Madrid los próximos 29 y 30 de junio.

Nos unía la amistad y no nos alejaban nuestras discrepancias.

Arcadi fue un “muy buen antepasado”.

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