El PP de Andalucía consigue la mayoría absoluta y no depende de Vox para gobernar

Los populares y la ultraderecha se han beneficiado del hundimiento de Ciudadanos, que desaparece del parlamento andaluz

    Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía
    Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía.

    Andalucía ha perdido el miedo a la derecha. Empieza una nueva era en la que la comunidad autónoma andaluza ha dejado de ser un feudo socialista y el PP afianza su poder con una mayoría absoluta contundente que no dependerá de Vox para gobernar.

    Tras una legislatura gobernando en coalición con Ciudadanos, Juanma Moreno ha pasado de estar a 250.000 votos del PSOE en el 2018 a seducir a los andaluces con su discurso de modernización. El líder popular ha relegado al partido de Juan Espadas a convertirse en una élite del pasado que ha sido destronada de la Junta de Andalucía.

    El PP de Moreno podrá gobernar en solitario, ya que ha conseguido su objetivo: duplicar los escaños del 2018 y ha sumado 58 diputados. Ha superado al PSOE de Espadas, que se ha quedado con 30 representantes.

    Los populares y Vox se han beneficiado del hundimiento de Ciudadanos, que desaparece del parlamento andaluz. La candidatura de Macarena Olona no ha conseguido lo que pretendía: que el PP necesite su apoyo para seguir gobernando. La formación de ultraderecha tendrá 14 escaños.

    A pesar de la caída de Ciudadanos y de la división de las candidaturas a la izquierda del PSOE, los socialistas no tendrán la oportunidad de volver al gobierno andaluz. La coalición de Podemos, Por Andalucía, ha obtenido 5 representantes. Adelante Andalucía, la candidatura liderada por Teresa Rodríguez, se ha quedado con solo 2 diputados en la cámara andaluza.

    La derecha ya no da miedo

    En el 2018, Juanma Moreno obtuvo el peor resultado del PP en Andalucía con 750.778 votos y 26 escaños, pero ascendió al ejecutivo andaluz como presidente con el apoyo de Ciudadanos y Vox. Tres años y medio más tarde, ha conseguido que “la derecha no dé miedo”, como ha defendido en plena campaña electoral, y podrá volver a gobernar, esta vez con mayor tranquilidad.

    El presidente andaluz en funciones ha podido hacer realidad su sueño: duplicar el número de diputados y obtener la mayoría absoluta de mínimo 55 asientos en el Parlamento de Andalucía. El mensaje de Olona había sido muy claro. “Si tan solo necesita un voto, si tan solo necesita una abstención de Vox, no se la vamos a dar si Vox no está en el Gobierno”, había explicado de forma tajante la candidata de la ultraderecha en el debate del lunes 13 de junio. Gracias a los electores su amenaza no servirá de nada.

    Espadas no da la sorpresa

    El PSOE andaluz no ha podido lavar su imagen tras la corrupción de los ERE y el descenso de popularidad de Susana Díaz, que culminó en la victoria de Pedro Sánchez frente a la maquinaria de la anterior cúpula socialista. Espadas no ha hecho sombra a Juanma Moreno.

    Los socialistas no han podido atraer a la “corriente de voto oculto” del “30% de indecisos” que en el pasado les ayudaron a apartar de la lucha electoral a Javier Arenas. “Es que ese era el objetivo de las encuestas: desmovilizar y quitarnos el ánimo. ¡Pero esto es el PSOE de Andalucía!”, había exclamado un alto mando de la cúpula regional, que confiaba en el triunfo de la federación, con un fuerte arraigo en la comunidad (458 alcaldes de un total de 785 municipios, uno de cada 200 andaluces es militante). El PSOE no ha dado la sorpresa y la derrota profundiza la sensación de crisis.

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