El documental sobre el final del CF Reus es un spoiler sobre el Barça de Laporta

‘El Cas CF Reus-Buscant culpables’ retrata cómo el entorno del actual presidente azulgrana destrozó y saqueó a este club de todos sus recursos a favor de una sociedad china. El paralelismo con la realidad del Camp Nou resulta inquietante.

Ni TV3 ni Mediapro (Jaume Roures), por citar sólo dos de los principales agentes de control y manipulación mediáticas del barcelonismo, han mostrado el menor interés en promover y destacar la difusión del documental ‘El Cas CF Reus-Buscant culpables’, estrenado el viernes pasado en Reus con un notable éxito de aceptación entre las personas que siguen siendo y sintiendo el CF Reus Deportiu y los personajes directamente implicados en una historia de terror y saqueo, hasta su liquidación, de un club de fútbol.

La pieza periodística, excepcional, rigurosa, impecable y del todo recomendable, es el producto de dos estudiantes para un trabajo de Fin de Grado de la Universidad Rovira i Virgili, que desde luego honra y prestigia una profesión como la periodística, vejada, anestesiada y moribunda por lo que se refiera al ámbito deportivo desde que personajes como Joan Laporta y Joan Oliver irrumpieron en la escena barcelonista a medio mandato de su primera presidencia en el FC Barcelona, allá por 2006.

Joan Oliver, que luego se convertiría en el presidente propietario del CF Reus y titular responsable de su exterminio, fue ocultado convenientemente en EEUU con el pretexto de evaluar la comercialización de los derechos de TV, hasta el momento en que Laporta asumió plenos poderes tras el voto de censura del verano de 2008, después de que media junta tuvo al menos la vergüenza de dimitir. A partir de entonces fue puesto como director general al frente de la peor etapa financiera y económica de la historia del Barça (2008-2010), sólo superada ahora por el regreso de Laporta al palco del Camp Nou, donde, en un año y dos meses de gestión, ha multiplicado por diez (¡x10!) las pérdidas provocadas por su temeridad e incapacidad, pero sobre todo por esa servidumbre a intereses ocultos y tenebrosos de su entorno personal, un mundo siniestro en el que todo tipo de operaciones acaban beneficiando a terceros y arruinando al FC Barcelona o, como en el caso del CF Reus, un club más modesto que cuando menos había conseguido sobrevivir a las penurias de un fútbol durante 110 años.

El documental, sin pretenderlo, ofrece un spoiler de las desgracias y desmantelamiento del Barça actual, sometido en un tiempo récord a un proceso idéntico al del CF Reus de vaciado, despilfarro y dilapidación de sus recursos. Lo mismo que en su primer mandato azulgrana, una repetición del trágico funeral del CF Reus y, por lo que se atisba en el horizonte, un tercer asalto institucional, igual que uno de esos atracos de película, a lo grande, en los que el tesoro, las riquezas y el patrimonio de un club que parecía indestructible desaparece ante la vista de todos.

Un gran truco de magia que no tiene nada de perfeccionismo sino una enorme dosis de cara dura y la mala fe propia de los villanos que, como es el caso de la banda del CF Reus, parecen actuar blindados por la inmunidad de la justicia, la ley y el orden.

Pero también protegidos por el resto de los grandes poderes fácticos, como el político, el soberanismo en el caso de Laporta y de su entorno, incluidos sus brazos policiales y, hasta donde es posible y alcanza, en la propia administración de justicia, las autoridades deportivas y la de las pequeñas, medianas y altas instancias.

El control supremo de los medios de comunicación y de las redes sociales, dispuestos a silenciar escándalos como el del CF Reus y la estafa social reiterada, permanente, consentida y liderada por un personaje como Joan Laporta se añaden en el cóctel perfecto.

‘El Cas CF Reus-Buscant culpables’, para quien tenga interés en conocer la verdad sin aditivos ni otros intereses más allá de la información, pero sobre todo para los miles de barcelonistas que quieran visualizar y conocer cómo opera esta otra delincuencia de guante blanco, emérita e indecente resulta imprescindible.

La secuencia en que las piezas del laportismo van encajando en el mismo orden y parecido engranaje de su primera etapa azulgrana se reproduce en el CF Reus y se repite en el Barça desde marzo de 2021.

Quien hoy es el director de la oficina comercial del club azulgrana en Hong Kong, Bryan Bachner, fue el director de CSSB Limited, la empresa controlada por Oliver que llevó a la bancarrota al CF Reus, pues cuando se quiso rastrear el dinero desparecido del CF Reus el hilo condujo, hasta donde fue posible seguirlo, a una inextricable trama de empresas en China, donde el CF Reus había adquirido extrañamente un club de fútbol de la tercera división.

Joan Sentelles, ahora director de operaciones y compras del FC Barcelona, fue mentor con Joan Oliver al frente del CF Reus, mientras que Pere Lluís Mellado, director de los servicios jurídicos del Barça nuevamente, como en 2010, fue secretario del consejo de administración del CF Reus.

Aunque formalmente el propietario era Joan Oliver, la corporación de empresas y sociedades bajo su control aparecen directamente vinculadas a Joan Laporta, Rafael Yuste y Xavier Sala-i-Martín, es decir, los mismos de siempre.

Los testimonios, además, confirman la permanente presencia y participación del hoy presidente del FC Barcelona en el trasiego de las operaciones, idas y venidas que finalmente condujeron a la ruina del club y a su expulsión de la competición en plena temporada. Nadie lo había conseguido hasta entonces.

La prensa que ha querido aparentar un mínimo de rigor y honradez periodística sólo se ha atrevido a reproducir y destacar la parte del documental en la que, como no podía ser de otro modo, Joan Oliver fue progresivamente responsabilizando a Javier Tebas de una campaña contra el CF Reus, acusando al presidente de la LaLiga de no actuar con flexibilidad ni de permitirle llevar el club a su manera, es decir, saltándose las normativas y las leyes de forma sistemática y permanente al más puro estilo Laporta.

Nada nuevo en el contexto de los lamentos, quejas y acusaciones de la directiva de Joan Laporta contra Javier Tebas en su relación con el Barça. Es la misma historia repetida cien veces, la vieja táctica de practicar la desobediencia, forzar pérdidas irrecuperables, destrozar la economía del club y, cuando llega el momento de la verdad, aun sabiendo y conociendo perfectamente cuáles son las reglas del juego del fair play financiero, pedir y plantear una excepcionalidad con relación al resto.

Es a lo que Laporta estaba acostumbrado. Hace poco más de un año no tenía avales y Javier Tebas le dejó realizar todas las trampas habidas y por haber, cerró los ojos y miró hacia otro lado en un tema que sólo concernía al Barça y a LaLiga. Otra cosa muy distinta es, como quiere Laporta, que LaLiga le tolere presentarse con 481 millones de pérdidas para demonizar exageradamente a Bartomeu y al año siguiente, además de presentar más pérdidas, que le dejen seguir fichando y gastando sin control.

Y es falso, rotundamente, que LaLiga cometiera excepciones con Bartomeu o aplicara criterios de medida distintos estando uno u otro presidente. Bartomeu no cerró el mandato con pérdidas se mire como se mire, según las cuentas aprobadas por los propios socios y formuladas por la directiva de Laporta, mientras que el actual presidente sí se ha metido en un lío él solo del cual no sabe cómo salir.

Al contrario, fue Javier Tebas quien pidió una auditoría independiente porque no se creía sus cuentas y, en efecto, con la aprobación del Consejo Superior de Deportes, estableció que las pérdidas reales eran bastante menos de la mitad y que, si realmente atribuía con un criterio real y demostrable que ese déficit lo provocó en un 90% la pandemia, la situación era completamente distinta.

Tampoco es cierto que LaLiga trate mejor ni peor a quienes han aceptado entrar en LaLiga Impulso de la mano de CVC. El Barça es libre de entrar o no en esa ayuda, basada en una operación exclusivamente financiera. Lo que LaLiga Impulso sí exige, razonablemente, es que si el Barça quiere aceptar y entrar a formar parte de un colectivo, debe hacerlo en las mismas condiciones y desde luego retirar la demanda judicial que Joan Laporta firmó en contra de ese acuerdo.

Nada que ver ni con las explicaciones incongruentes del vicepresidente económico Eduard Romeu ni con las preguntas, la mayoría equivocadas, colaboracionistas y aduladoras de la prensa al respecto.

Las pistas las da el documental ‘El Cas CF Reus-Buscant culpables’, bajo un título bastante más retórico de lo que parece, pues una vez visto, los ‘culpables’ aparecen nítidamente identificados.  Han sido localizados en el palco del Camp Nou.

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