La costa de Tarragona es de las peores por la acumulación de los microplásticos

ONGs e investigadores denuncian que la industria no toma medidas efectivas para evitar el vertido en el mar

A diferencia del océano Atlántico, el mar Mediterráneo acumula microplásticos más pequeños, muchos procedentes del uso doméstico. El número de kilos acumulados es más bajo que en el Atlántico, pero la cantidad de objetos es mucho más elevada, más diversificada y con un número de aditivos en su composición más tóxicos para la fauna marina, y por extensión, para el ser humano.

Las investigaciones demuestran que estas partículas inferiores a 5 milímetros tardan entre centenares y miles de años a descomponerse y pueden ser ingeridas por una amplia gamma de organismos marinos, y a medida que los microplásticos se van haciendo más pequeños tienen más peligro de afectación para su salud y supervivencia.

El mar Mediterráneo es uno de los más contaminados mundialmente por la acumulación de plásticos, y dentro de esta zona, la región costera de Tarragona es la peor. Así lo manifiesta a EL TRIANGLE Joaquim Rovira, investigador de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona y miembro del Centro de Tecnología Ambiental Alimentaria y Toxicológica (TecnATox). Según los estudios realizados, “Tarragona registra los niveles más altos de contaminación por microplásticos del Mediterráneo y a nivel mundial. Sufre mucha presión humana y, además, es un mar relativamente cerrado, con pocas aperturas a los extremos, y esto hace que se acumulen muchos microplásticos. La zona de Cataluña, a causa de las corrientes marinas, es una zona de gran acumulación”.

La presencia, además, del complejo petroquímico más importante del sur de Europa afecta fuertemente la costa tarraconense. Según la Asociación de Empresas Químicas de Tarragona (AEQT), la producción del sector petroquímico es “la sexta producción total más alta en los últimos 15 años”, y convive con uno de los puertos de mercancías más importantes de España.

Tocar la cartera
ONGs consultadas por este semanario, como Good Karma Projects, de Tarragona, la Asociación Española de Basura Marina (AEBAM) o grupos de investigación como el TecnATox denuncian el vertido constante en el mar de toneladas de pellets de plástico que se evidencia que proceden de las empresas químicas que hay en los polígonos de Tarragona.

La vocal de investigación de la Asociación Española de Basura Marina, Estibaliz López, lamenta, en declaraciones a EL TRIANGLE  que “las medidas que están adoptando estas empresas no son suficientes, y es muy importante forzar el sector a hacerlo. Dicen que hacen buenas prácticas, pero no son efectivas porque de momento no se ha visto ninguna mejora”. En el mismo sentido, el investigador Joaquim Rovira ha añadido que “si no se obliga a golpe de multa, no harán nada para evitarlo. Si los tocan la cartera, ya habrá una reacción”.

Denuncia en Bruselas
Jordi Llort-Figuerola es artista, activista medioambiental y colaborador de Good Karma Projects. En una conversación con EL TRIANGLE, Llort-Figuerola denuncia que la Asociación Empresarial Química de Tarragona se comprometió en 2019 a ejecutar el proyecto Zero Pellet Loss, que consistía a reducir las pérdidas de pelets y evitar su vertido en el mar.

A día de hoy, estos materiales se pueden ver en grandes cantidades en la playa de la Pineda de Tarragona, por ejemplo, como lo demuestran las recogidas organizadas por ­Good Karma Proyectos. Precisamente, esta ONG ha realizado una investigación que hará llegar a la Comisión Europea porque adopte medidas y haga seguimiento.

El Ayuntamiento de Vila-seca también quiere actuar, y ha anunciado que se personará contra los responsables del vertido de esferas de plástico en la playa de la Pineda.

Los gobiernos catalán y español empiezan a adoptar medidas. Desde Cataluña, los Agentes Rurales investigan, en una acción impulsada por el Departamento de Acción Climática, el origen de estos pellets de plástico, y el Ministerio para la Transición Ecológica también ha abierto una línea prioritaria para estudiar el principal foco de emisiones en el mar Mediterráneo.

Desde AEBAM, Estibaliz López apuesta por un esfuerzo conjunto entre todos los agentes implicados, y destaca que en el último Foro Internacional Marlice “todos los actores, las administraciones, las empresas, los investigadores y los movimientos sociales manifestaron la voluntad de ir juntos”.

Dentro del conjunto de la basura marina, los plásticos son los mayoritarios, y representan más del 70% en unidades y entre el 45% y el 50% en peso. Dada su larga permanencia en el medio, todos los agentes trabajan en los usos que se pueden dar a estos materiales recuperados. “No se pueden llevar al vertedero”, como dice Estibaliz López, y “hay que analizar como se valorizan por vía material o por vía energética. Se quiere abrir un mercado para estos productos que garantice su trazabilidad y que cuente con una certificación institucional como basura marina”. Las investigaciones, pero, todavía son recientes y hace falta tiempos.

Si no se actúa, las consecuencias para los organismos marinos y las personas pueden agraviarse. Según el investigador Joaquim Rovira, “cada día llegan al mar millones de microplásticos y los organismos se los pueden comer y, después, como consumidores, los encontramos al pez o al marisco. Hace un mes encontraron microplásticos en sangre en las personas. Hay indicios que provocan inflamaciones intestinales y alteraciones hormonales, y también han encontrado en los pulmones, porque están en suspensión al aire interior de las casas. Es un gran problema social que durará millones de años”.

Un superhéroe contra la invasión de los pellets
El superhéroe Superplàstic Hunter quiere llamar la atención y hacer visible el invisible a través de sus acciones contra los plásticos que se acumulan en las playas de Tarragona, y en especial en la playa Larga y en el Bosque de la Marquesa. El artista Jordi Llort-Figuerola creó este personaje para sensibilizar la población, y podéis seguir sus aventuras en el TikTok como gallusmaximus.

Muy pronto, Superplàstic Hunter tendrá un nuevo invento para el combate, gracias al diseño del alumnado de Tecnología Mecánica de tercero del Grado en Ingeniería Mecánica-URV y a la fabricación por parte del alumnado de ciclos formativos de Fabricación Mecánica del Instituto El Palau. Se trata de un carro de cuatro ruedas que va cribando los pellets, y las mismas ruedas sacuden los materiales y dejan caer la parte natural en la arena para recuperarla.

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