Contradicciones entre ‘Citizen Lab’ y el libro ‘Pegasus’ de Roger Torrent

El expresidente del Parlament escribió que los investigadores canadienses publicarían en octubre de 2020 nuevos nombres de independentistas espiados y tardaron un año y medio en hacerlo

El trasfondo de la gestación del informe sobre espionaje con el malware Pegasus denunciado por el laboratorio canadiense de tecnología y derechos humanos Citizen Lab el pasado 18 de abril está repleto de datos que no cuadran y explicaciones que chirrían. Aparte de la participación de Elies Campo, un independentista convencido empotrado en el equipo de Citizen Lab que falseó su currículo sin que parezca importarles a los responsables del laboratorio, o del registro del dominio catalangate.cat por parte de la Assemblea Nacional Catalana cuatro meses antes de que se presentara el informe con este título, la lectura del libro ‘Pegasus‘ publicado por el ex-presidente del Parlament Roger Torrent contiene varias contradicciones con ese informe.

El libro de Torrent se publicó en marzo del pasado año. Cuenta que Citizen Lab confirmó que su teléfono había sido espiado con el malware Pegasus en los meses de abril y mayo de 2019. La empresa WhatsApp había detectado que alguien había introducido Pegasus en los teléfonos de unas 1.400 personas de varios países aprovechando que se había producido un agujero en su sistema de seguridad. WhatsApp habría pedido a Citizen Lab que comprobase a quien pertenecían los números de teléfonos espiados y el del entonces presidente del Parlament era uno de ellos. Citizen Lab también dijo que cinco de los teléfonos de los que buscaba sus propietarios pertenecían a dirigentes independentistas: Ernest Maragall, Anna Gabriel, Jordi Domingo, Sergi Miquel y Roger Torrent.

El epílogo de su libro lo sitúa Torrent el 21 de octubre de 2020. Escribe: “en los próximos días, también vendrá una segunda ola de Pegasus. Será el momento en el que John Scott-Raitlon y Elies Campo, conjuntamente, harán pública la lista definitiva de los afectados por esta operación de espionaje. Todos los nombres que hemos ido apuntando, todas las personas a las que hemos realizado el seguimiento y que hemos ido comprobando cómo, efectivamente, han sido escuchadas. Sólo cuando esto ocurra podremos dimensionar por completo la afectación de esta operación de espías, móviles, caballos desbocados y escuchas. Y podremos constatar que era un sistema generalizado y discrecional de vigilancia política. Podremos, afirmar, de forma definitiva, que vivimos en un estado policial”.

Pero para poder hacer esta afirmación, Torrent tuvo que esperar no unos días sino 18 meses. Citizen Lab y la Assemblea Nacional Catalana (ANC) no publicaron su Catalangate hasta el pasado 18 de abril. ¿Qué detuvo su publicación en octubre de 2020? Es una buena pregunta para Torrent, los investigadores de Citizen Lab y los dirigentes del ANC, Òmnium Cultural, ERC, JxCat y la CUP que pusieron el grito en el cielo, en una rueda de prensa celebrada en el Parlamento europeo de Bruselas al día siguiente de la publicación del informe del que tenían constancia desde hacía año y medio.

El libro ‘Pegasus‘ y las pocas y confusas explicaciones que ha dado Citizen Lab de la forma en que se ha gestado y realizado su investigación también se contradicen en otras cuestiones. En las páginas 174 y 175 de ‘Pegasus‘, Torrent escribe: “Elies Campo, el informático que trabaja para Telegram y que conocí virtualmente a través de la antena de RAC1, se ha puesto en contacto con John Scott-Railton y trabajarán juntos en nuestro caso. Él lo hace en nombre de Apple, que también está muy interesada en aclarar quién está detrás de los ataques”. Ronald Deibert, investigador jefe de Citizen Lab, contestó a las preguntas que seis eurodiputados de Ciudadanos plantearon en la Universidad de Toronto, de la que depende este laboratorio de investigación. A la de si habían colaborado con la empresa Apple en su denuncia contra la empresa NSO, propietaria de Pegasus, Deibert contestó que “Citizen Lab nunca ha recibido el encargo de encontrar pruebas para una demanda por parte de ninguna parte en ningún litigio, incluida Apple. Bajo ninguna circunstancia realizaríamos investigaciones por encargo”. ¿Trabajaban o no en nombre de Apple, como decía Torrent?

En otra de sus respuestas, Deibert afirmó que «Citizen Lab no colaboró ​​con ninguna agencia de comunicación americana en este informe». Torrent escribe en ‘Pegasus‘: “Scott-Railton y Campo están trabajando en el informe final del caso conjuntamente con una empresa de comunicación americana (…) A los de Citizen Lab les interesa cerrar la carpeta para poder proporcionar munición a WhatsApp, Apple y a nosotros mismos, para que tengamos material sólido para presentar a los procesos judiciales”.

Deibert ha puesto la credibilidad del trabajo de Citizen Lab en cuestión tras un reciente viaje a Europa para defender su Catalangate en sendas entrevistas a El País y The Guardian. Este martes se reunió durante 40 minutos en Toronto con la consellera de Acción Exterior i Govern Obert, Victòria Alsina, contraviniendo los principios de independencia política del laboratorio que dirige. 16 profesores de 12 centros universitarios han pedido a la Universidad de Toronto que analice su comportamiento ético en este caso.

‘Pegasus’ cuesta encontrar en las librerías y se ha hecho una segunda edición. En la tercera convendría que Roger Torrent revisara algunos textos.

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