El jefe de la policía del distrito de Gujrat de Pakistán, Ata Ur Rahman, ha afirmado en declaraciones a TV3 que prevé que se aplique la «pena de muerte» -el castigo máximo- a los seis familiares que torturaron hasta la muerte a las hermanas Urooj Abbas y Aneesa Abbas, dos jóvenes residentes en Terrassa que viajaron al país de origen de sus padres la semana pasada y a quienes asesinaron en un «crimen de honor» por querer divorciarse de sus maridos y primos. Los seis hombres autores de los hechos están detenidos desde el domingo, y la policía ya aseguró que el caso se trataría de forma «severa».
«Hemos conseguido pruebas de la escena del crimen, así que no creo que ellos puedan obtener ningún beneficio indebido de los tribunales. Recibirán el máximo castigo según la ley pakistaní, la pena de muerte«, ha manifestado Rahman. Por su parte, el cónsul de Pakistán en Barcelona, Mirza Salam, ha asegurado que el Gobierno paquistaní sí que lucha contra este tipo de crímenes «dejando claro» que son «asesinatos» y ha explicado la ley contempla al menos 25 años de cárcel por cometerlos. «El Gobierno está persiguiendo estos delitos. Y también hay que ver que los seis implicados en este asesinato ya están en prisión», ha destacado en una entrevista en El Periódico.
El cónsul ha lamentado la «tragedia» y ha afirmado que existe un «sentimiento de tristeza» en la comunidad pakistaní «especialmente debido a que los asesinos eran familiares de las dos chicas». Salam ha señalado que este hecho «no es una cosa normal» y ha considerado que los padres de las chicas no «imaginaban que podía ocurrir». En relación al matrimonio concertado de las dos jóvenes con sus primos que residen en Pakistán, el cónsul ha explicado que la ley permite hacerlo por teléfono y que «posiblemente» las hermanas «fueron forzadas a casarse».
