Puigdemont hace caso al emisario ruso que prometía 10.000 soldados y quiere que Cataluña sea un paraíso para las criptomonedas

Jordi Puigneró, Joan Matamala, Jordi Baylina, Xavier Vives y Pau Escrich promueven o están implicados en iniciativas para difundir el dinero virtual

Pocas horas antes de que proclamara la independencia, Carles Puigdemont se reunió con un emisario ruso que le prometió apoyo económico y militar del Kremlin a la secesión a cambio de que Catalunya se convirtiera en un paraíso fiscal por las criptomonedas. El emisario ruso, Nikolay Sadovnikov, acudió al Palacio de la Generalitat de la mano del ex secretario de Relaciones Internacionales de Convergencia Democrática de Cataluña, Víctor Terradellas, y en el encuentro participó la entonces directora general de Coordinación Interdepartamental del Gobierno, Elsa Artadi. Esta información la ha dado a conocer un consorcio internacional de medios de comunicación entre ellos El Periódico de Catalunya.

En noviembre de 2020 se difundieron unas conversaciones telefónicas en las que Terradellas explicaba a los ex-dirigentes de CDC y ERC, David Madí y Xavier Vendrell, que el líder de un grupo ruso ofrecía pagar el endeudamiento de Cataluña y aportar 10.000 soldados rusos para ayudar a una Cataluña independiente. También se supo que la tarde que Puigdemont estaba reunido en el Palau con la plana mayor de los dirigentes del proceso independentista, Terradellas le había enviado mensajes de whatsapp para decirle que estaba en la plaza Sant Jaume acompañado de los emisarios rusos que le querían hacer estas propuestas. En ese momento, Terradellas dijo que la reunión no había acabado teniendo lugar. El pasado 12 de mayo, ante el juez que le tomaba declaración por su implicación en el caso conocido como Volhov, aceptó que se habían producido dos reuniones entre el expresidente de la Generalitat y los supuestos representantes del Kremlin.

Terradellas dijo ante el juez y en declaraciones periodísticas posteriores que Puigdemont no había dado credibilidad a la oferta de los emisarios rusos. Lo cierto es que después de su huida a Bélgica, Puigdemont ha dedicado grandes esfuerzos a promocionar las criptomonedas y a difundir por Cataluña la filosofía de las monedas virtuales.

En esta campaña ha contado con la complicidad del actual vicepresidente y consejero de Políticas Digitales y Territorio, Jordi Puigneró, y del activista digital y desarrollador de bases de datos Blockchain, Jordi Baylina. Baylina reside en Suiza desde hace años y se presenta en su perfil de Twitter como “hacker de guante blanco y luchador por la libertad de Catalunya”. Puigneró puso en marcha a finales de 2020, con la colaboración del Cámara de Comercio de Barcelona, ​​el Centre Blockchain de Catalunya. Este centro está domiciliado en Girona y entre las entidades que forman parte de él está la Fundació Nord, liderada por Joan Matamala, persona de confianza de Puigdemont, y presidida por Baylina. Este activista digital, que se presenta en Twitter como jbayina.eth, reconoció en declaraciones a TV3 que se ha reunido en varias ocasiones con el expresidente de la Generalitat en Bélgica, y le ha convencido de que use la etiqueta krls.eth en Twitter. Eth es el acrónimo de la criptomoneda Ethereum.

A finales del pasado año, Puigdemont anunció a finales del 2021 que abría una cartera en Ethereum porque, según dijo en un mensaje en Twitter, “permite construir lo que denominan estados descentralizadas”. Puigneró elogió una decisión que entiende que permite crear una República catalana digital.

En su apuesta por las criptomonedas, Puigdemont ha contado con el asesoramiento y ayuda de la empresa Vocdoni y dos de sus impulsores, los desarrolladores de código abierto Xavier Vives y Pau Escrich. Vives explica en su blog que Vocdoni nació como alternativa al fracaso del referéndum del 1 de octubre de 2017. Se concibió esta empresa como una herramienta para poder celebrar elecciones digitales seguras y se presentó en un encuentro de criptomonedas Ethereum. Vives, Escrich, Baylina y Matamala están en el listado de personas presuntamente espiadas a través de sus teléfonos móviles, según el informe que dio a conocer el laboratorio canadiense de tecnología y derechos humanos Citizen Lab. En este informe no aparece en ningún momento la palabra ‘Rusia’ pero quizá este país tenga más que ver en la declaración de la independencia de Catalunya en octubre del 2017 de lo que Puigdemont ha confesado hasta ahora.

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