La reforma de la ley de política lingüística podría salir adelante sin Junts per Catalunya, que este jueves ha decidido, finalmente, descolgarse del acuerdo que había firmado con ERC, el PSC y los Comuns, que explicita el uso del castellano en la escuela.
Junts ya había advertido que congelaba el pacto, visto el revuelo que había provocado en algunos sectores, y ahora ERC no descarta que la reforma pueda salir adelante sin los socios de gobierno. Los Comunes han ido un paso más allá y piden que se ponga fecha para hacer un pleno extraordinario para poder aprobar la modificación con sus votos y los de ERC y PSC.
Junts asegura que seguirá trabajando para combatir la injerencia de los tribunales contra la inmersión lingüística en las aulas catalanas, y pide trabajar con el consenso del sector y hacerlo con tres condiciones: que el catalán sea vehicular, que se protejan las direcciones de los centros y los docentes, y que se proteja la inmersión.
La decisión de Junts no ha gustado nada a los socios de gobierno, ERC, que no descarta sacar adelante la reforma de la ley de política lingüística en el Parlament sin contar con su voto. Los republicanos han acusado a Junts de «irresponsables» y de priorizar los «intereses de partido». «Es un momento muy triste», ha dicho Marta Vilalta, portavoz del partido.
En un duro mensaje dirigido a los socios de gobierno, Vilalta ha asegurado que ERC «no renuncia al consenso que algunos han hecho volar por los aires». Vilalta recordó que el acuerdo implicaba a los partidos que representan un 80% del arco parlamentario.