El Liverpool le saca 57 millones de más a la camiseta de Laporta

El acuerdo con Spotify, firmado hace dos meses, ya se ha quedado desfasado del resto, a la espera que el Real Madrid, que ya ingresa 70 millones, dé otro golpe de efecto en el mercado

En términos de facturación, a partir del día 1 de junio próximo, el Liverpol ingresará por la publicidad en la camiseta un 40% más que el Barça de Laporta, que también estrenará en esa misma fecha su contrato con Spotify. El Liverpool se convertirá en ese momento en la nueva referencia de un mercado en el que la camiseta del Barça irá descendiendo en el ranking.

Si se traduce ese 40% de más en millones, el club azulgrana ingresará 57 millones por 95 millones el Liverpool, estableciendo una distancia insalvable. Standard Chartered, un banco, ha querido reforzar así su vinculación y apuesta con el club inglés, que ahora mismo se ha convertido en el dominador comercial de la Premier.

El Real Madrid, que ya ocupa la segunda posición con 70 millones anuales, está negociando ahora mismo un enorme paquete comercial que no sólo ha fijado el punto de partida en esa cantidad sino que aspira a dar un golpe de efecto apoyado en la inminente inauguración oficial del renovado Santiago Bernabéu.

Los elementos volátiles de esa valoración también les van a favor tanto al Liverpool como al Real Madrid, que se han clasificado para disputar dentro de muy pocos días la final de la Champions en París. No hay, desde este punto de vista, mejor escaparate a la hora de plantear un contrato superior.

El Barça de Joan Laporta está hoy, sin embargo, fuera de ese nivel top, en buena parte a causa de la parálisis y la inacción que desde mucho antes de su llegada exhibió el propio presidente antes de las elecciones, durante y después.

Las circunstancias pandémicas, aunque iguales para todos, coincidieron en el Barça con una convulsión social aguda provocada por las fuerzas de la oposición, una gran confabulación soportada por las principales fuerzas mediáticas y políticas que, además, interpretaron ese momento, otoño de 2020, como el idóneo para provocar la salida de la junta presidida por Josep Maria Bartomeu.

Los hechos, como algunos barcelonistas con más sentido y responsabilidad de club habían pronosticado, han confirmado que no se podía haber elegido una circunstancia y un periodo peor ni más imprudente. Hoy se sabe que las fuerzas soberanistas, previendo elecciones al Parlament por esas mismas fechas, contribuyeron todo lo que pudieron en hacerlas coincidir. Finalmente, sin embargo, fue la propia COVID la que acabaría retrasando esas elecciones en el Barça, inicialmente anunciadas por Bartomeu para el día 21 de marzo de 2021.

Las prisas por echar a Bartomeu, con un voto de censura que acabó fijando las elecciones sólo dos semanas antes, el 7 de marzo, dejaron al club en un estado de vulnerabilidad extrema, indefenso y sometido a un entorno electoral en el que acabó resultando ganador el candidato que más fácil controló el entorno social y menos preparado estaba para tomar las riendas del club.

Como resultado de esa fragilidad institucional y vacío de poder tras hacerse cargo de club una Comisión Gestora, Rakuten y Beko, los principales patrocinadores de la camiseta y de la ropa de entrenamiento, presionaron para rebajar sus contratos, aprovechando que los tenían firmados hasta la temporada 2021-22. Los candidatos sabían de sobras que, como muy tarde, en octubre de 2021 debían cerrar un nuevo acuerdo de patrocinio. De otro modo, como ha ocurrido ahora, la mayoría de las camisetas del Barça en todo el mundo se venderán sin el estampado de Spotify en el frontal.

Ese factor ha influido también de forma poderosa en un contrato insuficiente y menor con Spotify firmado por Laporta no solo fuera de ese plazo el pasado mes de marzo. También estaba al límite para la producción propia en las Megastore para este verano y para formalizar ante la LaLiga la validación de la nueva equipación. Dicho de otro modo, Laporta firmó con la soga al cuello para garantizarse al menos unos ingresos de mínimos con los que afrontar el que también será un ejercicio muy complicado 2022-23.

Consiguió 67,5 millones frente a los 80 millones de la última temporada prepandemia, incluyendo en esa cantidad 5 millones por ceder el nombre del estadio a la nueva marca, es decir por una contraprestación inferior e incluyendo estímulos comerciales de última hora.

Spotify supo aprovechar oportunamente dos errores trascendentales de la gestión de Laporta, primero no haberse preparado el terreno buscando un nuevo patrocinador ni siendo precandidato ni tampoco cuando asumió la presidencia. Dio por hecho que los esponsors caerían del cielo con su regreso a un club que ya desmanteló en su anterior etapa. En su soberbia y arrogancia, además, renunció al esfuerzo de renovar a Messi y rematar esa audacia echando también a Griezmann, un golpe bajo al equipo, que no ha ganado nada esta temporada, y definitivamente mortal a las expectativas comerciales del club. Por otro lado, tampoco supo estar callado mientras negociaba con la plataforma sueca, poniendo en peligro el negocio y entrando en un callejón sin salida ni vuelta atrás.

Así se firmó un trato notablemente bajo que ahora casi dobla el Liverpool, a la espera de que el Real Madrid suscriba un nuevo contrato de patrocinio por la camiseta. El Barça de Laporta ha firmado un retroceso de cuatro años respecto al resto de los grandes clubs europeos, eso suponiendo que sólo se haya firmado por cuatro años, sin cláusulas ocultas ni prolongaciones sujetas a algún tipo de variable o circunstancia.

Spotify no quiso que se revelaran las condiciones del contrato, seguramente porque también Laporta estuvo de acuerdo en que era mejor eludir los detalles en aquel momento. La sensibilidad y reconocimiento de que el Barça ‘és més que un club’ no los demostró, al contrario, Spotify y menos el presidente, que sometió a una asamblea telemática, ciega y manipulada la aprobación de un acuerdo sin dar cifras, detalles ni condiciones.

Desde luego, tras la noticia del Liverpool, TV3 no volvió a dedicar un programa de embustes y mentiras para afirmar, como lo hizo, que con Spotify la del Barça era la camiseta mejor pagada del mundo.

Es probable, eso sí, que Darren Dein, viejo amigo de Laporta e intermediario de este negocio para Spotify que fue aplaudido en la asamblea del Barça a petición de Laporta, sí que haya cobrado la comisión más generosa del mercado. Ahí sí que hubo récord mundial.

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