Puigdemont se reunió con un diplomático ruso en la víspera del 27-O

Terradellas, exdirigente de CDC, le consideraba un “emisario de Putin”

Puigdemont, en el Parlamento de Cataluña
Puigdemont, en el Parlamento de Cataluña

Carles Puigdemont se reunió con Nikolai Sadovnikov, un diplomático ruso, el 26 de octubre de 2017, el día antes de que los grupos de la mayoría independentista del Parlamento de Catalunya aprobaran la declaración de independencia que habían firmado el 10 de octubre, publica El Periódico a partir de una investigación conjunta con las plataformas OCCRP, Istories y Bellingcat, y los medios Irpimedia y Il Fatto.

En la víspera de aquella pseudo-DUI, a la que seguiría la destitución del gobierno catalán con la aplicación del artículo 155 de la Constitución, Sadovnikov se encontró con Puigdemont en la Casa de los Canónigos, acompañado por otro ciudadano ruso que se había encontrado con Puigdemont días antes, Sergei Motin, y de Jordi Sardà Bonvehí, un catalán implicado en una presunta estafa con una operación de venta de gas en Ucrania, detalla la misma información.

Esta investigación revela que Víctor Terradellas, en mensajes de Whatsapp enviados a Puigdemont, consideraba a Sadovnikov un “emisario de Putin”, y que, en otros mensajes de móvil, decía que “creo que son mafiosos. ¿Dónde está la diferencia entre mafia y poder político?”.

“Estamos en la puerta de Palau. Nos tienes que recibir”, comunicó Terradellas, exsecretario general de relaciones internacionales de Convergència, al entonces presidente de la Generalitat, que respondió “Subid a Canonges”. Durante el encuentro se ofreció a Puigdemont apoyo económico -millones de dólares- y militar -unos 10.000 soldados-, añade El Periódico.

Esta información explica que la contrapartida solicitada por Rusia a cambio era una legislación favorable a un sistema de criptomonedas en una Cataluña independiente y que se promoviera el mercado de moneda virtual. Aunque nada se concretó entonces, Terradelles, a través de Sardà, siguió en contacto con Sadovnikov y gestionó una transferencia de bitcoins.

El supuesto emisario de Putin, según los periodistas que han investigado este contacto ruso de Puigdemont y Terradellas, aparece en un informe de un servicio secreto como un “intermediario oficioso de Moscú” en Siria e Irán, pero él niega haber trabajado nunca para el Kremlin, haber tenido nada que ver con política catalana y tener interés en Cataluña.

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