Pánico entre los miembros de la trama informática del ‘procés’ por la creación de la Comisión de Investigación del caso Pegasus

Si comparece Elias Campo deberá confesar cuánto le paga ‘Citizenlab’ y si lo hace Jordi Baylina tendrá que explicar los negocios de criptomonedas con Carles Puigdemont

El caso del supuesto espionaje de independentistas catalanes bautizado por ellos como Catalangate ha dejado al descubierto la trama de expertos en informática y nuevas tecnologías que crearon webs alternativas para la participación y seguimiento del referéndum del 1 de octubre de 2017 y la aplicación con la que funcionó Tsunami Democrátic y que sirvió para organizar las protestas tras la sentencia del juicio por la organización de ese referéndum. Estos expertos en nuevas tecnologías habrían preferido moverse en el anonimato pero el portal catalangate.cat los ha puesto en el ojo del huracán. La creación de una Comisión de Investigación sobre este caso, aprobada por el Parlament con los votos de ERC, JxCat y la CUP, les obligará a comparecer en la cámara catalana y a responder a preguntas que les pondrán en una situación comprometida.

catalangate.cat desvela que seis de esos expertos fueron supuestamente espiados en este caso. Explicar por qué creen que les espiaban y su función en el engranaje de esta campaña concebida para acusar al gobierno español de ser el responsable del ataque a sus teléfonos y dispositivos electrónicos no les será fácil. Comparecer en el Parlament no es lo mismo que hacerlo en los programas FAQS o Tot es mou de TV3, El matí de Catalunya Ràdio o El món a RAC1, con preguntas pactadas y temas prohibidos y periodistas de confianza, que hacerlo ante diputados que les harán preguntas que les pondrán entre la espada y la pared.

Estas seis personas son: Joan Matamala, Elies Campo, Jordi Baylina, Pau Escrich, Xavier Vives y Josep Maria Ganyet. A Matamala catalangate.cat lo presenta como “empresario catalán y presidente de la Fundació Llibreria Les Voltes. Amigo personal del presidente Puigdemont y hermano de Jami Matamala, persona más cercana al presidente Puigdemont”. De Elies Campo dice que es «tecnólogo y activista digital, antiguo trabajador de Telegram (Área de Crecimiento, Desarrollo de Negocio y Partnership)». De Jordi Baylina, que es «desarrollador de Blockchain y activista digital, defiende desde Suiza la causa catalana». En este portal, registrado por la Assemblea Nacional Catalana cuatro meses antes de que el laboratorio canadiense de investigación de tecnología y derechos humanos Citizenlab publicara su informe sobre los presuntos espionajes, Pau Escrich aparece como “desarrollador de código abierto, CTO de Aragon Labs. Cofundador de Vocdoni”, Xavier Vives como “desarrollador de código abierto. Cofundador de Vocdoni” y Josep Maria Ganyet como “ingeniero informático catalán especializado en inteligencia artificial, activista digital”.

Los diputados de la oposición no aceptarán cómo hizo la presentadora del programa FAQS, Cristina Puig, que Elies Campo diga que no se acuerda de quién fue el primer independentista al que detectaron que tenía el teléfono intervenido por el programa Pegasus o que Jordi Baylina diga en el mismo programa que se ha reunido con Carles Puigdemont en Bélgica dos o tres veces. Es evidente que Baylina sabe si fueron dos, tres o más veces. También querrán saber si Elies Campo pagó para que lo contrataran en Citizenlab el pasado mes de enero o si este centro le paga un sueldo desde entonces y por hacer qué. Baylina tendrá que explicar qué relación mantiene con Puigdemont en el negocio de las criptomonedas. Ambos han apostado por ethereum y lo exhiben en sus perfiles de Twitter, que son krls.eth y jbaylina.eth. Pau Escrich y Xavier Vives tendrán que explicar cómo estaba de avanzada la negociación con Puigdemont para celebrar referendos y elecciones con una plataforma de voto electrónico mediante su empresa Vocdoni. Josep Maria Ganyet tendrá que aclarar si contribuyó y cómo a crear la aplicación de Tsunami Democràtic que, según declaró a Catalunya Ràdio dos semanas después del asalto al aeropuerto de El Prat que convocó este misterioso ente, “está hecha para que no se pueda saber quién está detrás”.

Si la comisión de investigación del caso Pegasus cumple su cometido deberá permitir que se sepa si detrás de Tsunami Democràtic estaba Ganyet y alguno de los otros cinco expertos supuestamente espiados y que era por eso que les manipularon sus teléfonos móviles. En el portal catalangate.cat solo da la cara Joan Matamala. En el Parlament la tendrán que dar todos.

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