¿Por qué la penya barcelonista Anguera ha abrazado el laportismo?

La propia junta del FC Barcelona hizo público que la Confederació Mundial de Penyes ha presentado dos demandas: una por la rescisión particular por parte del club del convenio FC Barcelona-Penyes y la segunda por la reclamación de las facturas pendientes de cobro en virtud de ese mismo convenio. El comunicado incluía una reacción virulenta, una más, contra la Confederació, considerando que “actúa en interés propio y sólo persigue sustentar su poder y control sobre las peñas. Las reclamaciones de la Confederació van en perjuicio de todo el colectivo peñista al intentar impedir la relación directa de éstas con el club, así como la prestación de un mejor servicio para todas ellas por parte del Departament de Penyes del club”, dice el comunicado.

Ambas demandas, según la directiva azulgrana, “conllevan una beligerancia sin precedentes contra el club por parte de una asociación peñística”.

Es la guerra, imposible de evitar y provocada por Joan Laporta desde el momento en que, tras ganar las elecciones, decidió invalidar el convenio, incumplirlo y desalojar al personal de la Confederació de las instalaciones del club. Un mes antes, sin embargo, Joan Laporta había firmado mantener y sostener el convenio suscrito en su día entre el club y la Confederació.

Una medida represiva que acompañó con una propuesta asamblearia para eliminar el reconocimiento estatutario de las “penyes” y su propia organización. La directiva perdió esa histórica votación por dos votos, pero no ha dejado de socavar por todos los medios al colectivo de las 1.200 “penyes” que la integran y a sus más de 150.000 asociados.

Como parte de esa hostilidad, la junta ha promulgado un nuevo reglamento según el cual el 90% de las “penyes” dejarían de ser oficialmente reconocidas por el club, normativa salvaje y precipitada que, tan confuso como todo lo que gestiona Laporta, no se aplicaría después de todo, según afirmó en la fiesta de una “penya” de las pocas que se han desmarcado de la Confederació para volverse serviles y colaboracionistas con la dictatorial y abusiva postura de la junta.

La histórica Penya Barcelonista Anguera es una de estas traidoras a la causa que se han cambiado rápidamente de bando en un comunicado en el que precisa su renuncia a seguir formando parte de la Confederació Mundial de Penyes en tanto no se retiren las demandas, rechazando de plano las medidas adoptadas para solucionar el conflicto.

Se da la circunstancia de que el presidente de la PB Anguera es Joan ‘Tito’ Bertran, miembro activo en las elecciones a la presidencia del club como directivo de la candidatura de Toni Freixa, opción que precisamente proclamaba la defensa de la Confederació Mundial y alertaba del peligro de que Joan Laporta estuviera engañando a las “penyes”, como así ha sido.

Joan ‘Tito’ Bertran, además, se ha convertido al laportismo porque un familiar suyo es ahora directivo de Laporta y le garantiza ciertas prebendas y protección a su “penya”, que forma parte de una tercera asociación reconocida por el club integrada por “penyes” que desarrollan un amplio trabajo de formación en el fútbol base. Estas “penyes”, a diferencia del resto, obtienen material por parte del club y un cupo de entradas para cada partido, incluido el del Barça-Eintracht de Europa League.

A la pregunta si el presidente de esta “penya” se ha vuelto laportista a cambio de un trato especial respecto al resto de las “penyes”, la respuesta es sí.