Adiós a Vicent Sanchis y a su TV3 sectaria y provinciana

La CCMA destituye hoy a un director que ignoró que el Parlament reprobase su nombramiento hace cinco años y que se va marcado por las incompatibilidades y el amparo al “puta España”

El 13 de marzo de 2017, Vicent Sanchis fue nombrado director de TV3 por el consejo de gobierno de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), a propuesta del entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, tras la dimisión forzada del su predecesor, Jaume Peral. La Asamblea de Trabajadores de TV3, convocada por el Comité de Empresa y el Consejo Profesional, pidió la dimisión de los miembros de la CCMA a raíz de esta decisión. “El repentino nombramiento a dedo del actual director de TVC vuelve a poner sobre la mesa el problema endémico del control de los medios públicos por parte de los partidos del gobierno, que mina gravemente la credibilidad de TVC”, redactó esta Asamblea en el manifiesto «TV3, plural y para todos».

El 6 de abril, el Parlament aprobó la reprobación del nombramiento de Sanchis. Solo votaron a su favor 60 diputados de Junts pel Sí y lo hicieron en contra 73 diputados de Ciudadanos, PSC, PP, CUP y Catalunya Sí que Es Pot. Este último grupo fue el que presentó la moción, que instaba a la CCMA a considerar otras candidaturas. Ni la CCMA consideró otras candidaturas ni Vicent Sanchis se inmutó. A lo largo de su mandato ha recordado que le daba igual la reprobación de los representantes del pueblo catalán porque esto no comportaba su destitución. Once días después de su nombramiento compareció en el Parlament y dijo que «no he venido a TVC a hacer de fanático ni de hooligan de nadie» y espero que «no sea la televisión de los procesistas». Y ha hecho exactamente eso: una televisión fanatizada, hooligan del independentismo, y al servicio del procés.

Ha llevado al extremo el partidismo de TV3, que siempre ha recibido acusaciones de decantarse a favor del gobierno de turno. Ha logrado que los catalanes no independentistas dejaran de seguirla. La audiencia de TV3 en las poblaciones de clase trabajadora del área metropolitana de Barcelona está bajo mínimos. Cuesta encontrar algún bar de Cornellà o Santa Coloma de Gramanet que la tenga sintonizada a menos que transmita algún partido de fútbol del Barça. Millones de catalanes que se sienten españoles o no odian a España han tenido que aguantar durante años como la televisión de Sanchis les insultaba. «Puta España» ha sido un lema presente en varios programas que el director valenciano ha amparado con su particular visión de la libertad de expresión en una televisión pública.

Ha realizado apuestas personales con programas como Està passant, de Toni Soler, y FAQS, de Mediapro, para promover el independentismo con la excusa del humor en el primer caso y de las exclusivas informativas en el segundo, que difícilmente tendrán continuidad la próxima temporada. Ha mantenido programas adormecedores como Més 324, porque sintonizaba con la ideología independentista de su presentador. Le ha parecido adecuado que las tertulias del Més 324 y del resto de programas de la casa tengan dos o tres invitados separatistas por cada uno que no lo es y ha llenado la programación de documentales favorables a la causa procesista.

Ha mantenido el liderazgo de la audiencia casi cada mes gracias a unos telenotícies que tiene que ver todo aquel que se interese por lo que ocurre en Catalunya o quiera saber qué temperatura hará al día siguiente o ver las imágenes de las competiciones deportivas con representantes catalanes porque no hay ninguna otra televisión que lo haga. Y ha cerrado su etapa marcado por el escándalo de sus incompatibilidades en el ejercicio del cargo. Llegó a TV3 procedente de la dirección adjunta del digital El Món. Este medio es propiedad de la empresa Comunicació Vinària, de la que Vicent Sanchis es accionista. Además es administrador suplente desde el 24 de diciembre de 2019 y desde enero de este año la empresa le paga 1000 euros por el alquiler de un despacho de su propiedad. La ley que regula el régimen de incompatibilidades de las personas que ocupan altos cargos de la Generalitat prohíbe que tengan  ninguno en empresas privadas y un 10% o más de las acciones de sociedades que contraten con las administraciones públicas. Sanchis hizo constar en la Declaración de Bienes como alto cargo de la Generalitat que tenía el 10% de las acciones de Comunicació Vinària. Cuando EL TRIANGLE publicó que esto era incompatible con dirigir TV3, rectificó su Declaración, hizo constar que tenía un 9,8% de las acciones y dijo que se había equivocado. Y sobre el hecho de ser administrador suplente de Comunicació Vinària dijo que era un cargo sin importancia efectiva.

Sanchis será destituido hoy dejando tras de sí una TV3 que ha caído en el provincianismo antropológico a pesar de los esfuerzos de los buenos periodistas de la sección de internacional por dar una imagen más profesional y abierta al mundo. Tiene 61 años. Tras la vergüenza de ser sustituido antes de tiempo porque la nueva dirección de la CCMA no quiere sentarse junto a él en la Comisión de Control del Parlament a este organismo, su futuro pasa por el regreso a El Món del que no ha dejado de ser accionista o el salto a Mediapro, la productora de Jaume Roures y Tatxo Benet, a la que tantos favores ha hecho durante los cinco años más tristes y partidistas de la historia de TV3.

(Visited 553 times, 1 visits today)
Facebook
Twitter
WhatsApp

avui destaquem

Deja un comentario