Diecisiete cargos de confianza del gobierno de Colau entran en la bolsa de trabajo del Ayuntamiento

Comparten lista de espera con personas que han pasado oposiciones, pero que no habían obtenido plaza

L'alcaldessa de Barcelona, Ada Colau
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau

Después de que el regidor de Transición Ecológica, Eloi Badia, decidiera no presentarse a los exámenes de ingreso a la bolsa de trabajo del Ayuntamiento de Barcelona por las críticas que recibió, hasta diecisiete cargos de confianza y personal eventual vinculado al gobierno de Ada Colau han pasado a formar parte de las listas de la bolsa de trabajo del consistorio. Esto pasa cuando queda aproximadamente un año para las próximas elecciones municipal, que se celebrarán el mes de mayo de 2023, y que no está claro que BComú repita en la alcaldía.

Los nombres de las diecisiete personas vinculadas a los comunes, más otros dos de vinculadas al PSC, salen publicados en las listas del ayuntamiento donde consta quienes aprobaron unos primeros exámenes que se celebraron el pasado mas de marzo, unas pruebas en las cuales se les hizo una test psicotécnica, una prueba de ofimática y una prueba de lengua extranjera. Los aprobados han pasado a formar parte de la lista de reserva de personal con la cual el consistorio irá cubriendo plazas vacantes o de nueva creación.

Se da la circunstancia que en este lista de espera o bolsa de trabajo, coinciden las personas que pasaron las pruebas de marzo que no estaban sometidas a un temario establecido con otras que han tenido que pasar oposiciones a la administración local de Barcelona, pero que no pudieron acceder a un puesto de trabajo por el hecho de no haber plaza disponible. Esta circunstancia ha provocado perplejidad en algunos sindicatos al considerar que quienes han entrado últimamente en la bolsa de trabajo han jugado con ventaja.

Desde JxCat se está estudiando la posibilidad de presentar una denuncia en el Comité de Ética del Ayuntamiento para que se esclarezca como se ha hecho este proceso de selección. Una pruebas que tienen que dotar al consistorio de nuevos técnicos en funciones tan diversas como educación social, pedagogía, arquitectura, ingeniería, química, historia, arte, derecho, medicina, veterinaria, salud pública, logopedia o fisioterapia.

A las pruebas del pasado marzo se apuntaron unas 16.000 personas, de las cuales se acabaron presentando unas 8.000, y las aprobaron alrededor de 5.000. Ahora tienen que pasar otra prueba, que será la que les permitirá entrar definitivamente en la lista de espera, consistente en una entrevista personal.

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