Con la recientísima caída del símbolo por excelencia de la pandemia, la mascarilla, afrontamos el primer Sant Jordi normal (?), en el que ni el santo, ni la princesa, ni el dragón, tendrán que llevar mascarilla, ni en exteriores ni en interiores, a menos que viajen en transporte público o visiten un centro de salud.
Se me agolpan las lecturas. Iniciados y con los puntos de libro en distintos estados de adelanto, sobre la mesa podemos encontrar libros como el Retrato del reportero adolescente. Un paseo por el siglo XX, un excelente ensayo novelado sobre Tintín, doctamente escrito por Rafael Narbona. Me hace pensar en los destinos que elegiría ahora el joven reportero del siglo pasado. ¿Ucrania? ¿Tinduf? ¿Castilla y León?… Al mismo tiempo, leo el último álbum de Tintín, que Hergé dejó a medias, El Arte-Alfa. Ya no quedan periodistas como Tintín…
También a medio leer, sobre la mesa está Mamut, la novela con la que Eva Baltasar -la Alexia Putellas de la literatura catalana-, cierra, tras Permagel y Boulder, un interesante tríptico sobre la vida y los deseos de tres mujeres. Una lectura más que recomendable y, por otra parte, un regalo seguro.
Hablando de trilogías, el libro que preveo comprar este Sant Jordi es El castillo de Barbazul, que completa igualmente la saga de Terra Alta de Javier Cercas. Donde el autor aborda un caso de agresiones sexuales a mujeres.
Este Sant Jordi, gracias a Dios, viene descargado de libros políticos sobre el procés, que han saturado hasta ahora los estantes de Sant Jordi. Sin embargo, no hacemos limpio del todo; así, entre otros, Clara Ponsatí saca un hilvanado de memorias que intitula Molts i ningú. Desconozco su prosa, pero su habitual incontinencia verbal hace augurar buenas ventas.
De momento, me resisto también a adquirir un ejemplar de otra de las novedades editoriales políticas de este Sant Jordi, Verdades a la cara, de otro provocador, Pablo Iglesias. Nada personal -saturación política-. Sin embargo, el título y el personaje invitan a soltarse.
Como decía Ernest Hemingway, «no hay amigo tan leal como un libro»… Feliz Sant Jordi.
