¿Por qué Laporta no criticó a la policía por su pasividad el 14-A?

Joan Laporta

Como ya es habitual, la prensa laportista quiere ir tanto por delante de la noticia, obsesionada con ponerle la alfombra roja al presidente, que se acaba precipitando. Lo hicieron los medios más serviles avanzando que la junta directiva estaba molesta y disgustada con los cuerpos policiales de Mossos d’Esquadra y Guardia Urbana en relación a su pasividad y falta de colaboración la noche trágica del 14-A en el partido de Europa League contra el Eintracht de Frankfurt.

Las informaciones se hacían eco de las críticas y quejas de Laporta y de sus directivos porque, en la hora más delicada y difícil de la invasión alemana, las fuerzas del orden optaron por no intervenir ni evitar la llegada masiva de los aficionados visitantes. Básicamente, porque tenían en su poder una entrada y con ella el derecho de acceso al estadio, por más que el FC Barcelona debió haber tomado las medidas oportunas para impedir que llegaran a sus manos.

Por otra parte, el volumen inesperado de 40.000 aficionados que tomaron la ciudad hacía imposible siquiera que los pocos efectivos de Mossos y de la Urbana pudieran hacerles frente o controlarlos, principalmente porque tampoco dieron muestras de vandalismo o de violencia gratuita, más allá de incidentes muy aislados y leves.

Tanto es así que, de hecho, cuando llegó la hora del partido tomaron las calles principales, Urgell y Diagonal, camino de un Camp Nou donde se abrieron las puertas y se relajaron los controles de la propia seguridad del club.

Aunque el diseño del operativo es responsabilidad de Mossos d’Esquadra, el control del interior del estadio se deja en manos de la seguridad privada contratada por el FC Barcelona. Como no se había previsto tal avalancha de seguidores alemanes, las unidades de control de acceso y registro apenas pudieron realizar su trabajo, motivo por el cual se introdujeron abundantes bebidas alcohólicas.

Cuando se empezaron a producir incidentes en el interior y sobre las gradas escasearon los efectivos propios y tanto Mossos como Guardia Urbana se mantuvieron como estaba previsto en sus protocolos de mínima intervención, en función también de esa dotación habitual para la supervisión del exterior y seguridad estratégica.

Laporta y su junta habrían querido que la policía le sacara las castañas del fuego y lamentó internamente y ante los periodistas su actitud. Sin embargo, no se atrevieron a comentar esta situación en la rueda de prensa de las explicaciones, pues la propia policía podía haber denunciado a la junta directiva ante la Fiscalía por no haber adoptado, cumplido y aplicado la normativa de la UEFA en un partido de alto riesgo.

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