Con el telón de fondo de las elecciones a la presidencia y Junta Directiva de la Federació Catalana de Futbol (FCF), uno de los candidatos, el ex-directivo Juanjo Isern, acaba de presentarse con una puesta en escena mediática, cara y adornada con una parafernalia ambiciosa, seguramente exagerada para el contexto y dimensión del fútbol catalán, integrado por más de 1.200 clubs, en su mayoría modestos.
Isern parece dispuesto a todo, no solo a realizar una gran inversión, sino a jugar sucio si es necesario con la finalidad de instalarse en una poltrona tan codiciada.
Esta ambición desmedida es la que se desprende de la querella presentada en su contra por el actual presidente del Gavà CF, Iván Carrillo, por el contenido de un mensaje de whatsapp en el que Juanjo Isern sugiere que se presente una denuncia anónima contra Carrillo, acusándolo de pederasta, aun admitiendo que es falsa.
En esa conversación mantenida con un alto cargo ejecutivo de la Federació Catalana, siendo él vicepresidente, Isern escribe: “Y como siempre, una denuncia anónima… Yo presentaría una denuncia anónima diciendo que el del Gavá es pederasta… Como es anónima, que se joda”.
Su reacción, visiblemente agresiva e iracunda, se correspondía con el malestar que generó en la Federació Catalana que algunos clubs hubieran recibido una documentación que, con detalle, delataba el modus operandi con que se desviaba, contra los recursos de la FCF, una enorme cantidad de dinero anual sin justificación ni motivo.
Siendo presidente Joan Soteras, inicialmente la junta de la Federació puso en marcha una serie de querellas contra Iván Carrillo. No obstante, cuando la propia Federació descubrió que, efectivamente, estaba siendo víctima de una trama de corrupción puesta en marcha y ocultada por el anterior presidente, Andreu Subies, fue el propio Soteras quien la desmanteló, cortando de raíz la confabulación, motivo por el cual acabaron dimitiendo varios directivos, entre ellos el propio Juanjo Isern, ahora candidato a la presidencia y enfrentado al poder y al continuismo del cual formó parte activa y beneficiada.
Isern, en aquel momento, quiso atacar a Iván Carrillo por entender que era el responsable de aquellos informes y porque ya había sido candidato a la presidencia en las anteriores elecciones. Acusándolo de pederasta pretendía eliminarlo como uno de los futuros aspirantes a las elecciones.
Iván Carrillo no ha realizado ningún movimiento electoral en ese sentido, aunque sí ha venido denunciado en las asambleas de la FCF los muchos errores de gestión y los atropellos por parte de la junta de Joan Soteras a los clubs.
Isern ha sido presidente del Europa y ex-vicepresidente de la FCF, es decir que ha tenido la oportunidad, el poder y los medios para cambiar las cosas y mejorarlas. No ha sido así, lo que no le impide presentarse bajo el lema «un cambio con experiencia».
La presidencia de la Federació Catalana de Futbol es un cargo tentador para algunos, después del paso de un presidente como Andreu Subies, que está imputado en la Audiencia Nacional por al menos seis delitos por irregularidades en la gestión financiera y económica de la FCF.
Según el sumario, en fase de instrucción, Subies empleó fondos de la Federació y de la Mutualidad para la reforma del restaurante de su mujer con la colaboración de un contratista y promotor, Josep Contreras, ex-directivo de la FCF y del FC Barcelona. La instrucción, a cargo del juez Santiago Pedraz, forma parte del caso Soule, que implica al ex-presidente de la RFEF Ángel María Villar.
Como consecuencia de los cargos atribuidos a Andreu Subies, éste fue cesado como vicepresidente económico de Luis Rubiales, el presidente al que ahora le han explotado en las manos los audios en los que se confirma que negoció unas comisiones millonarias para Gerard Piqué que negó y ocultó en su momento.
Joan Soteras, que llegó a la presidencia como resultado de la dimisión de Andreu Subies para ‘escalar’ en la Federación Española de Fútbol, empezó por proteger a Andreu Subies, financiando su defensa legal ante la Audiencia Nacional con el dinero de la Federació Catalana.
Sin embargo, una vez destapado el ‘pastel’, dejo de darle cobertura para decidir que la FCF se personase como perjudicada.
Esta es la misma razón por la que un hombre de Subies, Alex Talavera, presidente del Cornellà, se presenta también a las elecciones con la intención de reinstaurar ese imperio del poder y del saqueo del dinero de los clubs.
Por su parte, Joan Soteras, ha sido denunciado junto con ejecutivos de su Federació por nepotismo y favoritismo en sus diferentes entornos familiares.
Juanjo Isern, que ha sido directivo con ambos, Subies y Soteras, conoce exactamente el mucho juego que da la Federació Catalana de Futbol alimentada con el esfuerzo económico de esos 1.200 clubs que son continuamente esquilmados por el presidente de turno. Con motivo de la querella tramitada por Iván Carrillo, Isern será citado en breve a un acto de conciliación.
