El entorno de Àlex Talavera pagó 145.000 euros a detectives por un informe de un folio

Los ex-directivos de la Federació Catalana que hoy arropan su candidatura tapaban el escándalo de desvío de dinero que dejó organizado Andreu Subies

Àlex Talavera, candidato a la presidencia de la Federació Catalana de Futbol (FCF), se ha rodeado de asesores que, al 100%, o bien habían sido miembros de la anterior directiva con Joan Soteras o con Andreu Subies o bien habían colaborado externamente con ambos presidentes.

Ese colectivo, movido en la sombra por el ex-presidente Andreu Subies, es quien ha elegido al ya ex-presidente del Cornellà, Alex Talavera, como candidato para echar a Joan Soteras de la Federació en las próximas elecciones y no al revés, en una clara ofensiva por recuperar la que un día fue la Federació de Subies, con todos los beneficios y prebendas asociados.

Talavera ha sido, por su parte, un fiel cortesano de Subies, recompensado en su día con un cargo en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) gracias a su influencia y amiguismo, primero con Ángel María Villar y después con Luis Rubiales. Desde ese cargo, Alex Talavera se procuró las mayores ventajas para su club, el Cornellà, y para la élite del fútbol catalán integrada por ese pequeño elenco de clubs por debajo del Barça, Espanyol y Girona que militan en Segunda B y Tercera División, muy pocos clubs en realidad si se compara con los 1.200 clubs con derecho a voz y voto en la Federació.

Por tanto, lo que necesita Talavera, que no es demasiado popular entre los clubs modestos, es superar al resto por eliminación, en el caso de Soteras con algún submarino que sigue dentro y en el caso de Isern, se sospecha, fabricado como una marca blanca del continuismo que ambos representan pues comparten, y no es casualidad, hasta los mismos despachos de abogados, fotocopiadora e impresora de sus programas.

El cuarto candidato, Pep Palacios, presidente del At. Sant Just, ha emergido completamente de las bases, de la necesidad de los clubs por hacerse oír y respetar, excluyendo expresamente de su grupo y candidatura a cualquiera que haya ostentado un cargo federativo.

Talavera y su entorno, el mismo que daba cobertura a Andreu Subies, también han demostrado que, cuando se trata de no perder el chollo de controlar la FCF, no tienen escrúpulos ni sensibilidad. Ahora se ha sabido, por ejemplo, que cuando fue descubierta la trama de desvío de dinero que dejó en funcionamiento Andreu Subies, a favor de colaboradores y personajes satélites de la propia Federació, ese grupo que hoy asesora a Talavera encargó a una empresa de detectives un informe personal “con el objetivo de encontrar vulnerabilidades e informaciones que pongan en duda la solvencia moral y profesional” de la persona que entonces señalaron como responsable de destapar ese caso de corrupción sin precedentes.

Consideraron que el presidente del Gavà CF, Iván Carrillo, había llevado los documentos que lo acreditaban ante la Guardia Civil y fueron a por él.

Como el propio presidente Joan Soteras, al que ahora también se quieren cargar, desconocía esa herencia que Andreu Subies le había dejado, invisible y casi indetectable, dentro de la Federació, no resultó difícil aprobar la financiación de una investigación que acabó en otro escándalo económico.

La FCF pagó más de 145.000 euros por un folio y cuarto, un folio apenas si se restan las dos fotografías de gran tamaño insertadas, en el que se aseguraba que el investigado se había relacionado en cuatro ocasiones, entre el 23 de enero de 2019 y el 13 de febrero de 2019, con prostitutas que ofrecían servicios particulares.

Una lectura del informe descarta el menor rigor, profesionalidad y mucho menos la veracidad del contenido. Por el contrario, confirma que se trató de una acción emprendida, con la excusa de ‘espiar’ a un ‘enemigo’, para añadir a la trama una factura colosal e injustificada que ahora también está en el juzgado por si cabe depurar responsabilidades.

Talavera forma parte y lidera un colectivo que aspira a recuperar el control de una Federació saqueada desde hace años y muy capaz de ejercer acciones fuera de cualquier código ético con tal de librarse de aspirantes a esa misma Federació, pues Iván Carrillo había sido el único candidato en las elecciones convocadas tras la marcha de Andreu Subies dejando encarrilada la elección de Joan Soteras.

Ese entorno de Juanjo Isern está integrado por Jordi Teres, Manuel Duran, Jordi Solé, Tony Tanyà, Josep Vives y Paquita Linares.

Por otro lado, los clubs modestos del Baix Llobregat y de L’Hospitalet saben cómo las gasta Àlex Talavera, que se ha dedicado como presidente del Cornellà a ‘esquilmar’ a todos sus equipos, con todos los medios posibles a su alcance, promesas, amenazas y artimañas de todo tipo. Los expertos consideran que el fútbol base de su club, el Cornellà, está integrado por futbolistas de fuera de su ‘territorio’ natural en al menos el 50%, como consecuencia de una política supremacista que nada tiene que ver con la verdadera filosofía del fútbol formativo, de entretenimiento y de educación en los valores del deporte.

En su programa, Talavera defiende ahora que, si gana, esos clubs modestos a los que ha perseguido y ‘robado’ jugadores recibirán toda la ayuda, incluida la defensa de sus derechos, o sea todo lo contrario de su política como presidente de club.

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