La de Elies Campo, la persona que ha realizado la investigación de las infecciones de los teléfonos móviles de los independentistas. Él era quien debía explicar los detalles de esta investigación, pero en su lugar intervino desde Toronto, John Scott-Railton, investigador senior de Citizen Lab, el laboratorio que ha dado a conocer los resultados de la investigación. La revista The New Yorker tuvo la exclusiva de esta investigación y su redactor Ronan Farrow la imputó a Elies Campo, a quien presentó en un artículo extenso como “un hombre de 39 años, de voz suave, con un cabello despeinado, nacido y crecido en Cataluña, que apoya la independencia”.
Scott-Railton desconocía bastantes detalles de la investigación y no supo o no quiso responder a la pregunta de la periodista que le preguntó si Citizen Lab había contactado con dirigentes no independentistas para saber si sus teléfonos móviles también habían sido investigados. Farrow explicaba también en su artículo que Campo vivía en Cataluña después de unos años de hacerlo en San Francisco porque lo consideraba una especie de obligación. Farrow, fill de Woody Allen i Mia Farrow, escribió que hace un mes, el eurodiputado de ERC Jordi Solé le dejó su móvil para que detectara si estaba infectado. En su perfil de Linkedin, Campo informa que trabaja en Citizen Lab como ‘fellow’ desde el pasado mes de enero, aunque no aparece en la web de esta entidad.
La presidenta de la Asamblea Nacional Catalana, Elisenda Paluzié, se refirió a Elies Campo en la rueda de prensa diciendo que “sin él, hoy no estaríamos aquí”. Destacó su entrega y profesionalidad y planteó que «sepamos estar a la altura de estos catalanes con las acciones que tomaremos en los próximos días». Sin Elies Campo no estarían allí. Pero él no estuvo. Sorprendente.
