Laporta se ha llevado, inesperadamente, la crítica y el desafío del propio Xavi Hernández, el entrenador del primer equipo, molesto por lo ocurrido la noche del jueves pasado. “El equipo y yo estamos a la espera de explicaciones”, ha dicho, después de revelar que a la salida del hotel de concentración para jugar el partido de Europa League los aficionados alemanes, una multitud descontrolada, los rodearon, hicieron frente y superaron la seguridad, pudiendo lanzar toda serie de objetos. Hasta el punto que el autocar hubo de esconderse y buscar otra entrada donde no hubiera miles de aficionados rivales acosando.
“Es como si entran en tu casa robar, esa es la sensación que tuvimos”, ha dicho Xavi, quejoso de esa situación y de salir a jugar en un campo ‘contrario’. El entrenador admitió también que los incidentes influyeron indudablemente en el rendimiento del equipo, que acabó perdiendo el partido y la eliminatoria.
La plantilla y el propio entrenador, en un ataque sin precedentes, aunque desde luego justificado por la gravedad de los hechos, ya estaban mosqueados por el relevo del personal y estructura de la seguridad específica del primer equipo, ejecutado semanas atrás a favor de otros especialistas y profesionales.
Algunas fuentes apuntan que el responsable ha sido el propio presidente Joan Laporta, a quien asesora en esta materia su ex-cuñado Alejandro Echevarría, otro satélite comisionista del primer responsable ejecutivo, que campa a sus anchas y sin control y con un guion que nada tiene que ver con los intereses del club.
Es la primera vez en mucho tiempo que el entrenador del primer equipo carga de esta manera tan contundente contra la propia junta, responsabilizándola de una negligencia con efecto directo en un hecho tan grave como es una eliminación en cuartos de final de una competición europea.
