Barcelona y el Barça, en malas manos

Hace 30 años, la ciudad de Barcelona y su club más emblemático, el Barça, estaban en la gloria. La capital de Cataluña había culminado una profundísima renovación urbana y se ponía de gala para acoger la celebración de los XXV Juegos Olímpicos.

La apertura de la ciudad al mar, el nuevo barrio de la Vila Olímpica, las rondas de circunvalación, la renovación a fondo del Estadio de Montjuic, la construcción del magnífico pabellón Sant Jordi… eran los hitos de una transformación sin precedentes de la ciudad, bajo la batuta del carismático alcalde Pasqual Maragall. El optimismo y la ilusión henchían el pecho de los barceloneses.

El Barça estaba a punto de escribir una página de oro en la dilatada historia del club fundado por Joan Gamper. El 20 de mayo del 1992, los azulgrana, gracias a un gol de Ronald Koeman, ganaron en el estadio de Wembley su primera Copa de Europa y el entusiasmo desbordó las calles de la ciudad y de Cataluña. El tándem Josep Lluís Núñez & Johan Cruyff, aparentemente imposible, obró el milagro.

Han pasado 30 años y hoy Barcelona y el Barça viven horas decrépitas y amargas. La alcaldesa Ada Colau y el presidente azulgrana, Joan Laporta, son el reverso de aquella magnífica etapa que, juntos, vivimos y disfrutamos. Los barceloneses y los barcelonistas aún seguimos aquí, pero tenemos la desgracia de tener al frente a dos personas absolutamente nefastas y que no dan la talla para ocupar los cargos que ostentan.

En el caso del Ayuntamiento de Barcelona, solo hay que abrir los ojos y los oídos. El clamor contra la inutilidad de la alcaldesa Colau y su equipo es aplastante. Cada cual tiene sus razones –degradación urbanística, exasperación por las obras delirantes que se ejecutan, decadencia económica, caos del tráfico, alquiler de los pisos por las nubes, falta de vivienda social, imposibilidad de aparcar el coche, suciedad, inseguridad, ruido…-, pero no conozco a nadie que esté contento y satisfecho de la ciudad donde vive.

Otra cosa es que este profundo malestar no tenga el reflejo que merece en los medios de comunicación. Pero es que, de manera absolutamente indecente y burda, Ada Colau se dedica a comprar y a silenciar a la prensa con millonarias campañas de publicidad institucional: cada año destina, sin ningún tipo de control y de manera arbitraria, más de 9 millones de euros. (Vivir para ver: La Vanguardia y el conde de Godó son, con diferencia, los más mimados por los comunes).

Ada Colau, que llegó al Ayuntamiento como una racha de aire fresco, ha acabado cayendo en los peores vicios del autoritarismo, del amiguismo y de la corrupción. Como Jordi Pujol, piensa que, teniendo a los medios de comunicación sometidos y dependientes de la ubre pública, ya lo tiene todo controlado y es impune. Se equivoca y lo pagará duramente en  las urnas. Tal vez no es consciente, pero la gente ya le ha visto el truco y está harta de ella.

La primera etapa de Joan Laporta en la presidencia del Barça (2003-2010) ya se cerró con un importante déficit de 79 millones de euros. Pero, durante buena parte de aquel mandato, estaba rodeado de un potente equipo de gestión, junto a buenos profesionales muy preparados y con sentido común (Sandro Rosell, Marc Ingla, Ferran Soriano…), que, con el paso de los años, acabaron saliendo por piernas.

Ahora, la situación es diferente. Quien tenía que ser el vicepresidente económico de la junta directiva surgida de las elecciones del año pasado, Jaume Giró, huyó despavorido. El CEO fichado para dirigir el club, Ferran Reverter, también ha dimitido. Joan Laporta ha asumido todos los poderes, se ha convertido en el “Napoleón del Camp Nou” y manda sin que nadie le haga sombra.

Esto es peligrosísimo para una entidad centenaria y de base social como el Barça. Joan Laporta es un pésimo gestor y, además, como ha quedado demostrado, no tiene ningún escrúpulo ni moral para enriquecerse personalmente a expensas del club. Como Jordi Pujol y Ada Colau, Joan Laporta también sabe cómo tener “contentos” a los medios de comunicación que, de momento, le ríen todas las gracias.

Os invito a leer las noticias de la sección Clam Nou, que publicamos en el diario EL TRIANGLE. Es la única voz crítica que investiga y denuncia todas las barbaridades que está perpetrando Joan Laporta en esta su segunda etapa en la presidencia del Barça.

Si nadie le para los pies –y esto solo pueden hacerlo los socios o la justicia- acabará por hundir el Barça en la ruina más absoluta y el naufragio, como ya pasó con el CE Reus. Lo digo de manera muy seria y grave: Joan Laporta es un frívolo y un inconsciente que ahora, con las manos libres, hace y hará los disparates más alocados, que llevarán al FC Barcelona al borde de su desaparición o a su inevitable conversión en sociedad anónima. Eso sí, mientras dure, intentará arrambar con todo el dinero que pueda para su bolsillo.

Barcelona y el Barça eran nuestro orgullo. No hace tanto tiempo, podíamos ir por el mundo y estas identidades eran elogiadas y admiradas con simpatía por nuestros interlocutores. Hoy, Barcelona ha perdido su “ángel” y el Barça ha perdido a Leo Messi. Ada Colau y Joan Laporta, como un rey Midas al revés, han devaluado, hasta extremos patéticos, todo el oro que han recibido en herencia.

Echar a Ada Colau del Ayuntamiento y a Joan Laporta  del Camp Nou es la urgencia y la obligación que tenemos ahora mismo los barceloneses y los barcelonistas. Son dos plagas que, si no las erradicamos a tiempo, dilapidarán y arrasarán todo aquello que tanto esfuerzo ha costado construir.

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