El magistrado de la sección séptima de la Audiencia Provincial de Barcelona José Grau ha desestimado de forma definitiva la querella por injurias y calumnias que el empresario Jaume Roures, socio gestor de la productora audiovisual Mediapro, interpuso contra el periodista Pere Rusiñol. Roures basó su querella en unas declaraciones hechas por Rusiñol en una entrevista publicada en el diario Regió 7 en diciembre de 2020, en la que calificaba al empresario de “estafador” por su comportamiento en la crisis del diario Público. El periodista, que trabaja ahora en las revistas Mongolia y Alternativas Económicas, puso en marcha un proceso de crowdfounding para recaudar 5.000 euros para hacer frente a los gastos del proceso judicial. Superó rápidamente esa cantidad.
El diario Público, creado en 2007 por Mediapro, cerró cinco años después. Roures aplicó un ERTO a la plantilla, rebajó los sueldos de sus 150 trabajadores y dejó de pagarles durante dos meses. Rusiñol denunció que mientras todo esto sucedía, el directivo de Mediapro compró un restaurante de lujo en Barcelona, pese a que decía que el diario «era un proyecto de izquierdas». Un grupo de trabajadores se presentó al concurso de acreedores que se convocó con la intención de mantener vivo el periódico pero, en el último momento, Roures presentó una oferta y se quedó con la cabecera y ha convertido Público en un portal digital.
El 15 de noviembre del pasado año, el juzgado de instrucción número 24 de Barcelona sobreseyó las actuaciones «por no haber quedado justificada debidamente la perpetración de los delitos que se están investigando». Roures, sin embargo, recurrió la sentencia. El juez Grau ha desestimado definitivamente su pretensión de que se condene a Rusiñol al considerar que las informaciones y declaraciones del periodista superan los test de veracidad, necesidad y proporcionalidad.
Pere Rusiñol ha publicado esta tarde un mensaje en Twitter en el que se manifiesta «muy contento» por el archivo de la querella «del magnate Roures contra mí» y da las gracias a su abogado, Eloi Castellarnau, «a todos los que me habéis apoyado y, sobre todo a los 250 mecenas que impedisteis que tuviera que agachar la cabeza”.
