El caso Abidal reaviva el histerismo y el odio de la prensa contra Rosell

El informe de Toxicología no encuentra coincidencias entre Abidal con su primo y, aunque admite que no puede ser concluyente, los periodistas reaccionan con ensañamiento, falsedades y comentarios tendenciosos

La proverbial tendencia de la prensa barcelonista a juzgar sin pruebas, conjeturar sobre delitos y demonizar a determinados personajes del entorno  azulgrana vivió ayer un episodio lamentable y nuevamente vergonzoso después de que una extraña novedad en el caso del trasplante de Abidal removiera la mala conciencia de buena parte del periodismo.

La noticia, convenientemente manipulada, reveló que “el Instituto Nacional de Toxicología no ha encontrado pruebas de que el ex-jugador del FC Barcelona Éric Abidal y el supuesto primo que le donó una parte de su hígado en 2012, Gérard Armand, sean realmente familia. El organismo concluye en un informe enviado recientemente al juzgado de Barcelona que investiga por tráfico de órganos al propio Abidal, al ex-presidente del club Sandro Rosell y al ex-directivo Juanjo Castillo, que no hay ninguna evidencia de que el ex-futbolista y el donante tengan lazos de sangre, según han confirmado a El Confidencial fuentes próximas al procedimiento”.

Al cabo de pocos minutos se reprodujeron los comentarios más infames, injuriosos y se diría que susceptibles de ser denunciados por delitos de odio, principalmente contra la figura del ex-presidente Sandro Rosell, igual o con peor mala intención y enfoque tendencioso que cuando fue detenido en su domicilio por un presunto delito fiscal múltiple y conducido a prisión preventiva.

La carga mediática contra Rosell ha sido, de golpe, igual de cruel y desatada. Furiosa e ilimitada, como si la mayoría de la prensa necesitase vengarse de esa otra realidad de la justicia, incontestable, que finalmente reconoció la plena inocencia del ex-presidente azulgrana, así como la barbarie y el abuso de poder que significó haberlo encerrado casi dos años en prisión preventiva sin ningún motivo.

Por poner sólo un ejemplo lamentable de la conducta periodística sirva el tratamiento ofrecido por RAC1 en un tonto agresivo, iracundo y totalmente fuera de control: “En el sumario -afirma el periodista- constan cuatro conversaciones telefónicas entre Rosell y Castillo en las que ambos admiten haber comprado un hígado ilegal para Abidal y que se inventaron que el donante era su primo”.

Cuesta encontrar un porcentaje mayor de mentiras e hipótesis en una frase tan corta, pues no existe una sola admisión de esa afirmación en ninguna de las conversaciones obtenidas por la Guardia Civil entre Rosell y un ex-empleado del club. De hecho, en esa presunta grabación el ex-presidente ni habla sobre los comentarios de Juanjo Castillo y no es menos cierto que la juez archiva por dos veces un caso que sólo ha seguido adelante por el interés de un fiscal que, reconocidamente, es seguidor del RCD Espanyol y ha seguido alimentando el caso.

El textual de esa cinta transcrita en el sumario no se alude tampoco al origen del hígado y mucho menos que afirmen, ni uno ni el otro, que se inventaran la historia del primo de Abidal. RAC1 sí le ha echado una mano de fantasía e imaginación malintecionada y perversa.

¿Por qué, pues, RAC1, se inventa y difunde una manipulación tan tendenciosa, rotundamente falsa, y un relato informativo de acusación que entra en el ámbito de la calumnia y de la injuria?

Las razones son dos. Primeramente, por la necesidad compulsiva de criminalizar cualquier información relativa a Sandro Rosell, siguiendo esa línea inalterable de RAC1 de castigo y persecución contra su figura y la de su sucesor Josep Maria Bartomeu en la misma proporción inversa con la que se aplaude, corea y actúa indulgentemente la gestión y las hazañas de Joan Laporta.

En segundo lugar, también como consecuencia de la politización del sector soberanista de ese entorno azulgrana dominado desde Junts per Catalunya, exiliados o no, y la decisión que ahora conviene machacar preventivamente a Rosell porque está pensando en presentar una candidatura a la alcaldía de Barcelona, una iniciativa que ha puesto en guardia a la clase política más mediocre e insegura.

El caso, sin embargo, podría entrar en otra dimensión si realmente se confirma que Abidal y su primo no poseen las coincidencias genéticas que en su día validó la Unidad de Trasplantes del Hospital Clínic de Barcelona, única responsable de seguir y aplicar la normativa en materia de trasplantes de órganos que supervisa la OCATT (Organització Catalana del Transplantament).

Cada trasplante incorpora una profunda investigación, también legal, sobre la relación entre donante y receptor en la que no interviene nadie más externo, ni el paciente ni el receptor y mucho menos, como en este caso, el FC Barcelona, que es ajeno por completo al proceso médico y clínico de su futbolista, precisamente por la naturaleza del caso. De hecho, además, el programa de trasplantes es público, por lo que los costes del trasplante de Abidal corrieron a cargo del sistema de sanidad público. No así la primera intervención, cuando se le seccionó parte del hígado que sí pasó por la sección privada del Hospital Clínic.

Ahora bien, la noticia sobre la no coincidencia genética de Abidal y de su primo no debe segregarse ni interpretarse tampoco del comunicado de Sandro Rosell al respecto, pues como investigado ha tenido acceso a dicho informe del Instituto Nacional de Toxicología y ha dado a conocer la parte donde afirma que “para hacer este estudio de parentesco, las muestras analizadas no son las más idóneas, ya que como se ha indicado en el apartado de resultados, los perfiles genéticos obtenidos son parciales debido a ‘la degradación genética que sufren los tejidos biopsiados cuando son introducidos en los líquidos conservantes…’. El propio informe añade, para concluir: ‘Si ese juzgado desea obtener resultados concluyentes en su investigación, deberían tomarse muestras biológicas indubitadas de los dos progenitores biológicos del Sr. Armand y de los dos progenitores del Sr. Abidal, si estuvieran disponibles, o al menos de los posibles hermanos biológicos y progenitores de los individuos de los que se quieren realizar el citado estudio de parentesco, y también una muestra indubitada de epitelio bucal indubitado de Eric Sylvain Abidal”.

La nota acaba diciendo: “En conclusión, no puede aseverarse, de forma temeraria y torticera como apuntan algunos medios y que contradice cuanto señala el propio informe, que los Sres. Armand y Abidal no guardan relación de parentesco alguna, dado que ha quedado acreditado que las pruebas realizadas a tal efecto son incompletas pudiendo el Juzgado continuar con otras nuevas, como sugiere el propio Instituto Nacional de Toxicología”.

La información no estaba completa ni mucho menos justificaba ese ensañamiento de la prensa contra Sandro Rosell. Será que hay otras razones.

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