La justicia europea ha debatido hoy sobre las euroórdenes contra los líderes independentistas. Debe decidir si son válidas y aclarar criterios. Lo pidió el juez Pablo Llarena para evitar un nuevo revés judicial. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea, con sede en Luxemburgo, ha escuchado este martes a las partes y lo que dicte en unos meses puede ser clave para el futuro de Carles Puigdemont y el resto de políticos huidos.
La Fiscalía española y Vox abrieron la vista apelando a los principios de colaboración y confianza mutua entre estados para que se hagan efectivas las euroórdenes. La Fiscalía ve absurdo que Bélgica cuestionara al Tribunal Supremo español. Por su parte, los abogados de los políticos catalanes han insistido en la carencia de garantías y la falta de competencias del Supremo, los argumentos que esgrimió la justicia belga para negar la entrega de Lluís Puig.
Cuando fue la hora de los estados, Bélgica sorprendió a los magistrados y a las partes al distanciarse de sus tribunales, mientras que el abogado de la Comisión Europea defendió con vehemencia la posición española. La sentencia aún tardará algunos meses y, aunque no determinará la extradición o no de Puigdemont, sí marcará las decisiones que deben tomar los estados europeos.
