30Igor Kapyrin, director adjunto del departamento de Cooperación Europea del ministerio de Exteriores ruso que dirige Serguei Lavrov, respondió una pregunta sobre la injerencia del gobierno de su país en el proceso independentista de Cataluña diciendo que “no vamos a bombardear Barcelona ni Madrid. No vamos a bombardear ninguna ciudad”. Hizo esta afirmación en un acto organizado en Bruselas por el think tank Friends of Europe. Quería así replicar las informaciones del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) de la Comisión Europa que habían puesto al descubierto diversas actuaciones rusas para favorecer el proceso independentista. El acto tuvo lugar el 28 de noviembre de 2017, un mes después de la proclamación de la independencia de Catalunya y de la fuga a Bélgica del entonces presidente de la Generalitat, Carlos Puigdemont, y varios miembros de su gobierno.
El grupo de investigación East StratCom Task Force del SEAE había detectado que en el canal 1 de la televisión rusa se había afirmado que “la respuesta lógica de Europa sobre el referéndum en Cataluña debería haber sido reconocer la independencia de Cataluña y bombardear Madrid”. Este grupo también denunció que el diario Izvestia publicó el 28 de septiembre de 2017, tres días antes del referéndum, que «Catalunya reconocerá a Crimea como parte de Rusia» y que una semana antes Sputnik TV, ahora bloqueado en la Unión Europea, aseguró que las Baleares también querían independizarse de España.
Kapyrin achacó las denuncias del East StratCom Task Force a la voluntad de hacer un “lavado de cerebro” a los ciudadanos europeos y achacó las acusaciones de injerencia en el debate independentista en Cataluña al afán de inventar teorías de la conspiración.El 16 de noviembre, la portavoz del ministerio de Exteriores, María Zajárova, había acusado a la diplomacia española de lanzar acusaciones sin pruebas de esta injerencia y afirmó que “Rusia lamenta profundamente que la ola de campañas antirusas que se ha desatado en los medios occidentales haya sido elevada en Madrid al nivel oficial en el contexto de la crisis catalana”.
El día antes, el propio Sergei Lavrov y el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, habían considerado que las acusaciones contra Moscú eran una muestra más de la histeria antirusa desatada en Occidente y de la incapacidad de los países afectados para arreglar sus problemas internos. «Seguramente esa histeria sensacionalista la montan para distraer la atención de sus electores sobre la incapacidad para resolver estos problemas internos», dijo Lavrov.
La palabra «histeria» también la utilizó Lavrov para referirse a las advertencias de varios dirigentes políticos occidentales de una posible invasión rusa de Ucrania, invasión que al final ha terminado produciéndose.
