Los jóvenes soldados de Putin obligan a los generales a ir a primera línea

Las muertes de estos mandos de las fuerzas armadas rusas que combaten en Ucrania, más coroneles y oficiales, se cuentan por decenas cuando todavía no se ve el final de la guerra

El hecho de que los generales, los militares de mayor empleo en cualquier ejército, puedan perder la vida en combate puede responder a diferentes razones. La mayoría de estas pérdidas se deben al hecho de que las fuerzas a sus órdenes no están obteniendo los resultados que se habían marcado en la planificación estratégica de las operaciones militares. Es por este motivo que, en estos casos, los que mandan más en los ejércitos se tienen que acabar poniendo al frente de sus tropas para dirigirlas personalmente buscando el éxito de las operaciones.

Cuándo ha pasado poco más de un mes desde que Rusia inició los primeros ataques militares en Ucrania, el 24 de febrero pasado, el número de altos mandos militares rusos que han perdido la vida en combate va en aumento. Se sabe que entre los muertos en las filas rusas (según la OTAN se estaría hablando de hasta 15.000 bajas, a pesar de que fuentes próximas al Kremlin apuntan a menos de 10.000 militares rusos muertos) habría generales, coroneles y otros oficiales. En concreto, ya serían siete los generales rusos que han muerto en la guerra que el presidente ruso, Vladímir Putin, puso en marcha contra la ex república soviética vecina. La séptima muerte seria, según fuentes ucranianas, la del general Iakov Rezantsev; comandando de la 49.ª División, y que habría muerto en el norte de Kherson, en los intensos combates que protagonizan tropas rusas y ucranianas en esta ciudad ubicada en el sur del país. Salvo de casos muy concretos, a causa de la importancia estratégica de salvaguardar los que comandan las operaciones militares para garantizar su continuidad hasta conseguir los objetivos marcados, los generales acostumbran a dirigir las tácticas lejos de la primera línea de fuego.

El hecho de que el número de generales rusos muertos en Ucrania vaya en aumento se está explicando por diferentes motivos. Uno de fundamental seria que las previsiones de la campaña de Putin contemplaran que las fuerzas armadas ucranianas no habrían estado capaces de dar respuesta, con mínimas garantías de éxito, al embate de las fuerzas rusas. De hecho, los primeros días del conflicto la mayoría de analistas apuntaban que los soldados ucranianos estaban “desaparecidos del combate”. El paso de los días ha demostrado que, a pesar de estar en clara desventaja tanto en efectivos humanos como materiales, los soldados ucranianos están siendo capaces, sino de parar, sí de retardar lo que Putin había previsto como “un paseo militar”.

Otra de las causas de que los generales rusos se hayan tenido que poner al frente de sus tropas respondería al hecho que, como apuntan diferentes fuentes militares a EL TRIANGLE, la mayoría de las tropas de Putin en Ucrania estarían formadas por “soldados jóvenes y escasamente preparados, además de no tener ninguna experiencia en combate”. Las fuentes consultadas apuntan que la ecuación de soldados jóvenes e inexpertos daría también como resultado unas “tropas con escasa voluntad de combatir y con la moral baja”, cosa que incrementaría “su falta de confianza en la victoria de sus operaciones”. A todo esto se tiene que sumar la circunstancia de que son los rusos los que han entrado en Ucrania, y siempre los que invaden tienen más bajas que los que defienden. El 1940, la Unión Soviética entró en Finlandia; los primeros perdieron 200.000 soldados en aquella campaña, y las fuerzas finlandesas perdieron un total de 25.000 efectivos.

Los mandos que han caído hasta ahora en Ucrania
Magomed TuxaievVitali Gueràssimov, Andrei Kolesnikov, Andrei Surkhovetski, Oleg Mitiaev y Andrei Mordixev, sumando Iakov Rezantsev, serían los generales rusos muertos en Ucrania. Tal como apunta la BBC, Magomed Tuxaiev era el mando del 141.º Regimiento de la guardia de Kadirov, una de las unidades de élite chechenas; Vitali Gueràssimov era el jefe de personal del 41.º Ejército combinado, y habría muerto el 7 de marzo en las afueras de la ciudad oriental de Járkov, cerca de la frontera con Rusia; Andrei Kolesnikov era comandante del 29.º Ejército combinado, y habría muerto en combate el 11 de marzo; Andrei Surkhovetski era el subcomandante adjunto del 41.º Ejército combinado, que también habría participado en las operaciones militares de Crimea y Siria, y habría muerto por los disparos de un francotirador el 3 de marzo; Oleg Mitiaev era el comandante de la 150.ª División de fusileros motorizados, una unidad formada en 2016 en Rostov, cerca de la frontera con Ucrania, y habría muerto cerca de Mariúpol; y Andrei Mordixev era el comandante del 8.º Ejército combinado, y habría muerto en un ataque a la base aérea de Txornobaivka, cerca de Kherson.
A estas muertes hay que sumar un número indeterminado, pero se sabe que elevado, de otros mandos rusos, entre los cuales hay desde coroneles hasta otros oficiales.

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