El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se pasó semanas asegurando que no iría a la Conferencia de Presidentes convocada por Pedro Sánchez a la isla canaria de La Palma. Alegaba que el formato es encorsetado, y que en estos encuentros no se discuten medidas y “no se trabaja ni se llega a acuerdos”. Tan claro lo decía, que el PSC se había hecho un hartón de rogarle de rodillas que reconsiderara la decisión. A última hora, solo tres días antes de la cita, pero, reculó de repente y anunció que iría porque se hablaba de las consecuencias de la guerra de Ucrania. Pero la realidad es que el formato era el mismo que él rechazaba y el orden del día no había variado. Cómo era de esperar, a quien menos le gustó la decisión fue a JxCat.
La decisión de Pere Aragonès de acudir finalmente en la Conferencia de Presidentes le costó unas cuántas conversaciones con sus socios de JxCat. De manera directa o a través de terceros, le reprochaban que asistiera a foros multilaterales “doblándose a la voluntad de Sánchez”. Aragonès, pero, respondió a todos del mismo modo: “El presidente Quim Torra acudió a todas porque la pandemia se lo valía; la guerra también se lo vale”.
