Armas aragonesas viajan a Ucrania para frenar a Putin

España ya ha enviado sistemas antitanque y munición para fusilería y ametralladoras, además de material bélico no letal

C90 - Instalaza
C90 - Instalaza

La ministra de Defensa, Margarita Robles, insiste en que España continuará enviando armas a Ucrania para que este país pueda seguir respondiendo militarmente a la invasión de las fuerzas armadas rusas. Siguiendo la máxima que al enemigo se le tiene que vetar al máximo cualquier información estratégica, la ministra Robles no ha concretado ni qué tipo de armas ni qué cantidades irán desde España a manos de los ucranianos.

Lo que sí que transcendió, cuando se hizo el primer envío de armas españolas a la ex república soviética el 4 de marzo pasado, es que parte de este material bélico letal eran los conocidos como sistemas antitanque C90. Este ingenio es un sistema de lanzamiento de proyectiles con el objetivo principal de neutralizar carros de combate, lo que popularmente se conocen como tanques. Por los que han visto películas de la Segunda Guerra Mundial, esta arma se podría asemejar a los bazooka utilizados por el Ejército de los Estados Unidos.

Tal como explica el catálogo de productos de la empresa aragonesa Instalaza, el sistema C90 pertenece a la familia de sistemas disparables desde el hombro. Tiene un calibre de 90 milímetros, con diferentes alcances de hasta 750 metros, con visor óptico y visión nocturna (VN38-C). El C90 contempla un amplio conjunto de municiones: antitanque, antibúnker, doble propósito, fumígeno-incendiario, etc. El aparato pesa 5 kg, y es el más ligero en su categoría, con una alta perforación antiblindaje; en concreto, superior a medio metro en acero. Las mismas variantes de munición se incluyen en la versión C90-CS –confined space (recinto cerrado)– y en la versión reutilizable.

El sistema C90 antitanque es sencillo de manejar; tanto que cualquier persona sin ningún tipo de formación militar puede utilizarlo con altas garantías de éxito. No se descarta, pues, que buena parte del material que España continúe enviando a Ucrania contemple este tipo de armas. Se especula, también, que el Ministerio de Defensa añada al envío de armamento en Ucrania unidades del sistema ALCOTAN, armas similares al sistema C90 en su formato y manejo, pero que son más potentes y tienen más capacidad de destrucción.

En el portal de Instalaza SA, empresa ubicada en Zaragoza, se explica que “es una compañía de vanguardia que aplica las últimas tecnologías en el diseño, el desarrollo y la fabricación de material de defensa para ofrecer las soluciones más eficaces a la infantería. Fundada en 1943, su experiencia profesional es ampliamente reconocida como proveedor de las Fuerzas Armadas españolas y a más de 30 países de todo el mundo. Sus productos ofrecen máximas prestaciones y han sido sometidos a los controles de calidad más exigentes. Tienen un excelente registro de seguridad, fiabilidad y eficacia bajo las condiciones más duras”.

Los Bayraktar están poniendo contra las cuerdas a las unidades rusas
Bayraktar, que se puede traducir como “abanderado” o “portador de la bandera” en turco, corresponde a un modelo de dron de combate de fabricación turca que ya ha participado con éxito en conflictos armados en Siria, Libia, Azerbaiyán e Irak. Su uso en Ucrania está poniendo en evidencia la eficacia de esta arma de última generación y que está catalogada como robot militar. Como afirma el coronel en la reserva del Ejército de Tierra Francisco Rubio Damián, un dron de combate o VANT (vehículo aéreo de combate no tripulado / UCAV –unmanned combat air vehicle– en inglés) es un aparato “mucho más barato, ligero y pequeño que un caza tripulado”.

El coronel Rubio explica en su libro La guerra de los robots que mientras un caza Eurofighter Typhoon cuesta unos 120 millones de euros y un F-35 unos 100 millones de euros, un dron MQ-9 Reaper norteamericano, que se pilota desde miles de kilómetros de distancia, vuela a 300 km/h, tiene una autonomía de catorce horas, coge alturas de 15.000 metros y puede cargar cuatro misiles Hellfire (entre otros armamentos), cuesta alrededor de 17 millones de dólares; además de no poner en peligro ningún piloto del ejército que lo está usando. Por otro lado, el dron de combate CH-5 chino, con características ligeramente inferiores al dron norteamericano, puede costar la mitad que este. Los Bayrakta turcos, potentes, baratos y pequeños, son desplegados con sistemas de guerra cibernética para despistar a los radares, con lo cual se dificulta que sean detectados por los sistemas antiaéreos rusos.

España no respondió a los EE. UU.
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, pidió al gobierno español que enviara tropas terrestres a Rumanía poco después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, pusiera en marcha “la operación especial” contra Ucrania. Defensa argumentó “limitaciones presupuestarias” para descartar este nuevo despliegue en el marco de la OTAN. Este despliegue lo hicieron, finalmente, Francia y Bélgica, que desplegaron unos 600 efectivos. Pero para hacerse “perdonar”, España decidió el 1 de marzo enviar a 150 militares más al contingente de fuerzas terrestres españolas que ya hay en Letonia.

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