Las obras para construir un tanatorio en la antigua fábrica dels Germans Climent –considerada un bien cultural de interés local– en el barrio de Sants de Barcelona han empezado después de que, el 15 de diciembre pasado, el Ayuntamiento otorgara la licencia a la funeraria San Ricardo SL, que llegó a un acuerdo con el propietario de la nave. Antes de que esta se quedara la fábrica, el espacio estaba ocupado por el Happy Parc, un parque infantil con 25 años de historia, pero el propietario subió el alquiler un 300% y pasó de pedir 5.000 a 15.000 euros mensuales, un importe que no pudo asumir. Desde que se enteraron del proyecto a través de la prensa, los vecinos de Sants se organizaron y crearon la plataforma Stop Tanatori para luchar contra la especulación e intentar evitar la construcción del tanatorio. Aseguran que la localización escogida no es la correcta, que causará problemas de movilidad y que el proyecto no respeta el patrimonio cultural. El consistorio, pero, insiste que los informes son favorables y que no puede intervenir en un acuerdo entre privados.
La plataforma matiza que el escrito de Patrimonio pone unas condiciones muy restrictivas al proyecto, porque las obras “tienen que respetar el ritmo compositivo de la fachada”, y señala que los planos del proyecto incumplen ordenanzas municipales. Remarca, además, que los grupos lo aprobaron sin ningún criterio, porque, en las diversas reuniones que la plataforma mantuvo posteriormente con ellos, todos –excepto el PSC, que nunca ha querido verles– mostraron “sorpresa e ignorancia” ante los argumentos y los detalles que Stop Tanatori les explicaba sobre el proyecto. “Se excusaban diciendo que reciben los dosieres con poca anticipación en el plenario y que no tienen tiempo para estudiarlos en profundidad. Nos pasó con todos los partidos, incluso con los que votaron a favor del tanatorio”, asegura la plataforma. La organización señala que, en una de las reuniones con ERC, el arquitecto presente admitió que no habían hecho un estudio tan profundo como la entidad vecinal. “¿Con qué criterio aprueban las propuestas? Si no conocen el proyecto, como pueden votar a favor o en contra?”, se pregunta la plataforma.
La catalogación de la nave, según el Plan General Municipal (PGM), como equipación protegida no contemplaba que pudiera ubicar un tanatorio, de forma que la empresa funeraria presentó un Plan Especial Urbano Integral (PEUI) para modificar el edificio protegido y poder hacer realidad el proyecto. El Ayuntamiento decidió aprobarlo y, desde entonces, ha llevado a cabo los trámites pertinentes porque la normativa municipal se adapte al proyecto, afirma Stop Tanatori. “No puede ser que una empresa privada sea la que determina el lugar de equipaciones como este. Esto lo tiene que decidir la administración pública de acuerdo con una serie de requisitos”, defiende la plataforma, que considera que el consistorio ha tomado una “decisión arbitraria que beneficia los intereses de dos privados y ningunea la voluntad mayoritaria de los vecinos”.
La plataforma ha insistido en reunirse con la alcaldesa, Ada Colau, y con la responsable de Urbanismo, Janet Sanz, pero ninguna de las dos ha accedido. Stop Tanatori presentó 65 alegaciones contra el proyecto basadas en aspectos como la movilidad, el tráfico, el respecto al patrimonio cultural y la legalidad, pero la respuesta del consistorio es que “no los gustan los tanatorios ni tienen asumida la cultura de la muerte”. Los vecinos afirman que no tienen nada en contra de los tanatorios, el propietario o la funeraria: “Son libres de emprender una iniciativa comercial, el único problema es que se han equivocado al escoger la ubicación”. Por eso han presentado dos recursos judiciales, contra el PEUI y contra la licencia de obras, que esperan que se resuelvan favorablemente. Desde que empezó la primera fase de la obra, los vecinos han interpuesto ocho denuncias por falta de seguridad.
