La huelga indefinida de transportistas iniciada el lunes, convocada por la Plataforma de Defensa del Sector del Transporte de Mercancías para protestar contra la subida de los carburantes a raíz de la guerra en Ucrania, se ha empeorado en esta tercera jornada de paro. Los cortes de carreteras, piquetes e incidentes violentos se han sucedido por toda España y la cadena de suministro ya se ha resentido. Si el lunes la industria y la distribución descartaban cualquier impacto, este miércoles múltiples sectores, especialmente los mayoristas, ya alertan de serios problemas para abastecerse.
La industria láctea se ha visto «abocada» a suspender a partir de este jueves su actividad a consecuencia de la huelga, según ha anunciado la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) en un comunicado.
De acuerdo con sus datos, las fábricas han visto interrumpido el suministro de los productos necesarios para la elaboración de lácteos y el traslado del producto terminado a las cadenas de distribución, lo que ha anulado la capacidad de envasado, almacenamiento y gestión de un alimento» altamente perecedero y esencial para el consumo diario».
Las empresas en general ven con «especial preocupación» las limitaciones en el transporte de productos frescos, muchos de ellos altamente perecederos, cuya caducidad amenaza con una pérdida irreparable del producto, así como la paralización de las empresas por falta de stock.
La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana Raquel Sánchez, ha garantizado este miércoles que el gobierno español «asegurará que los camioneros que quieran trabajar puedan hacerlo», pese a la huelga indefinida.
