El Departamento de Interior del gobierno de la Generalitat ha decidido acabar -¡por fin!- con los cortes en Meridiana a partir del pasado sábado 12 de febrero, más de dos años después del inicio de las protestas secesionistas impulsadas por ‘Meridiana Resisteix [resiste]’. Un centenar de personas, muchas veces menos (a veces más, ciertamente), han cortado la avenida (central para la entrada a Barcelona por el norte) durante unos 800 días vindicando la libertad de los presos secesionistas (los que llamaron y sigue llamando “presos políticos”), la amnistía, la autodeterminación o lo que hiciera falta.
Lo hicieron, por supuesto, sin pensar en las molestias ocasionadas a los vecinos del barrio (un barrio popular), a los pequeños comerciantes de la zona o a los trabajadores/as que regresaban a sus casas después de sus largas y duras jornadas laborales. ¡El país, su país, está por encima de cualquier sacrificio… de los otros! Ni se les pasó por la cabeza organizar la protesta en los barrios altos de la ciudad donde vive tranquila y espléndidamente la burguesía barcelonesa, ¡una buena parte de aquellas 400 familias, con mucho mando en plaza, de las que nos habló en su día un buen conocedor del tema, Fèlix Millet Tusell!
Nadie ha negado, por supuesto que no, el derecho de manifestación o la libertad de expresión de nadie. Seguirán manifestándose, podrán hacerlo, en una plaza cercana a la zona de los cortes. Podrán seguir reivindicando la autodeterminación, la secesión, la amnistía, la creación de un nuevo muro-Estado, lo que mejor estimen. Pero, mirando el asunto de frente, ¿qué se escondía detrás de sus acciones? El convencimiento, la certeza absoluta de que la calle es suya (consigna, como recordamos, de neto sabor fraguista), la seguridad de que podían hacer lo que les viniera en gana con la complicidad del gobierno de la Generalitat y con el apoyo de “grandes figuras mediáticas” del mundo nacional-secesionista. Y sin críticas. De haberlas, la consigna era la sabida: ¡son fachas y españolistas de m.!
A partir del sábado 12, como les decía, pueden manifestarse en la plaza peatonal situada frente a la estación de Renfe de Sant Andreu y no cortando la calzada de Meridiana con el paseo Fabra i Puig, la reivindicación central del colectivo “Meridiana sin cortes”. Laura Borràs, era de prever, montó su numerito el sábado en cuestión: acudió a manifestarse -¡en coche oficial!- en contra del acuerdo del propio gobierno de la Generalitat (del que forma parte su partido), se hizo la foto de rigor… y se fue unos minutos más tarde, de nuevo en su coche oficial… y con sus más de 150 mil de euros anuales.
Se preguntarán: ¿nadie ha levantado su voz ante tal atropello?, ¿no ha habido ninguna reacción ciudadana durante estos 800 días? La ha habido, claro que la habido. De hecho, lo conseguido es uno de los mayores éxitos de la lucha contra el nacional-secesionismo y sus desmanes y su hacer “lo que les dé la gana”. Está en el haber de Meridiana sin cortes.
Entre otros colectivos, los miembros y activistas de ACP (Alternativa Ciudadana Progresista) han sido arista esencial. Sin ellos, probablemente, hubiera sido mucho más difícil. Fueron los amigos de ACP los que redactaron la primera octavilla, los que la pagaron y distribuyeron, la organización que más gente ha aportado a los actos de MSC. Han llevado los coches, la megafonía,.. Y sin subvenciones por supuesto, todo pagado con las cuotas de sus afiliados. Es su éxito.
Citaré con admiración y destacaré dos nombres que justo es recordar, ¡que no habite en nosotros el olvido!: Pedro Fernández y Vicente Serrano. Gracias, compañeros, gracias, gracias por el ejemplo. Se lo han currado más que nadie.
¿Queremos una demostración de que lo hecho está muy bien hecho? Aquí la tienen: “La ANC desafía al Govern con un cerco al Parlament y una concentración en Meridiana. La organización presidida por Elisenda Paluzie llama a «construir herramientas alternativas para combatir al Estado Español«.” [1] ¡La derecha extrema fanatizada sigue en pie de irracionalismo y de nacionalismo excluyente! ¡Hemos dado en la diana!
