El Síndic de Greuges de Barcelona, David Bondia, recomienda al Ayuntamiento que estudie habilitar espacios para hacer botellones, pero evitando que sean botellódromos. Es una de las propuestas que hace la sindicatura después de haber analizado el fenómeno y publicado un estudio. Según el ente, los espacios deberían contar con todos los servicios necesarios para un ocio nocturno con estándares de «seguridad, información y confianza».
Esto se traduce, como recoge el estudio presentado en rueda de prensa, en el rápido acceso a servicios sanitarios; puntos lila, espacios antirracistas y servicios de información en drogas; lavabos públicos; sistemas de recogida de basura; abonos o descuentos por el uso del taxi compartido y un fácil acceso al transporte público.
En el documento se resalta que los botellones no son una moda pasajera, sino un fenómeno social existente desde hace décadas y que debe abordarse y gestionarse sin criminalizar a los jóvenes y con medidas socioeducativas.
Aunque reconoció que la propuesta de habilitar espacios para los botellones puede ser «contradictoria», Bondia aseguró que el fenómeno no va a desaparecer y que su prohibición y abordaje exclusivamente policial es una «pérdida de esfuerzos» que no resuelve la cuestión.