El ataque de Rusia a Ucrania hizo que todas las instituciones pusieran el foco en la zona. Más allá de poder evacuar a su población, todos los territorios europeos buscaron tener un perfil propio o diferenciarse del resto, dada la desorientación inicial de la UE. En Cataluña, el Govern quiso sacar pecho con un ofrecimiento para acoger refugiados. Pero el equipo directo del presidente, Pere Aragonès, el núcleo duro de Palau, miraron con recelo que la consejera de Acción Exterior, Victòria Alsina, empezara a echar mano de agenda, mantuviera reuniones o conversaciones y planteara iniciativas al margen del presidente. Una figura de JxCat con protagonismo es siempre motivo de alarma en palacio. Y en este caso el miedo de dejarla crecer ya provocó comentarios críticos.
La consejera de Acción Exterior y Gobierno Abierto, Victòria Alsina, está dispuesta a diferenciarse de sus predecesores en el cargo en materia de presencia internacional ante una grave crisis como la de Ucrania, que, además, puede comportar refugiados. Su equipo afirma que con ella la Generalitat tendrá más interlocución directa con Europa para poder poner en marcha iniciativas propias con independencia de lo que haga el Estado español.
