No. Se ha limitado a retuitear la declaración que hizo el Consell per la República Catalana, cuatro días después de que empezara la invasión, y los mensajes que ha subido a esta red su jefe, el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Los tres únicos tuits propios que ha escrito Josep Lluís Alay sobre la guerra de Ucrania son para burlarse del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para criticar al Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Internacionales y Política de Seguridad , Josep Borrell, y para reflexionar sobre el impacto económico en Rusia de las sanciones internacionales.
De Joe Biden se ríe porque en un discurso dijo «iraníes» en vez de «ucranianos». A Borrell le dedicó, el 28 de febrero, este improperio: «La situación trágica que vive Europa hoy se explica en buena parte gracias a ineptos como Josep Borrell». El 1 de marzo subió otro mensaje adjuntando, sin comentarios, un artículo de análisis de la agencia Reuters titulado “Después del alud de sanciones, los aliados emergentes de Rusia exploran soluciones alternativas”.
En su Twitter encontramos, eso sí, denuncias contra Indonesia porque «refuerza su guerra contra el pueblo de Papúa Occidental», contra el genocidio del pueblo tibetano, al que felicita, el 2 de marzo, por el inicio del año 2149 y contra que “27 años después de terminar la guerra, Bosnia sigue olvidada por la Unión Europea en medio de los Balcanes”. También informa del encuentro en Bruselas entre el Consell per la República y el Congreso Nacional del Kurdistán. Y de la presentación que hará de su nuevo libro el próximo jueves día 10 Valencia. Se titula «5 continentes y 1 libertad».
Josep Lluís Alay se desplazó a Moscou en un par de ocasiones en el año 2019, junto al empresario ruso Alexander Dmitrenko, para buscar apoyos a la causa de la independencia de Catalunya.
