La última sesión de control al Govern del pleno del Parlamento de Cataluña dejó patente, otra vez, que Esquerra Republicana (ERC) y Junts x Catalunya (JxCat) no tienen la mejor de las relaciones. Desde hace semanas, los de Laura Borràs utilizan las preguntas al presidente, Pere Aragonès, para arremeter contra alguno de los aspectos con los cuales discrepan de ERC.
La mesa de diálogo, la relación con el gobierno español o la estrategia independentista acostumbran a ser algunos de los temas recurrentes en el discurso del presidente del grupo de JxCat, Albert Batet, cuando pregunta a Aragonès. En la última sesión de control, pero, añadió también un par de reproches al líder del PSC y jefe de la oposición, Salvador Illa. Paralelamente, los socialistas utilizan estas preguntas últimamente para hacer ofrecimientos de colaboración, para pedir consensos y para reclamar acercamientos de posturas. Todo ello, en el último pleno pareció más que formara parte del Govern el PSC que no JxCat, y más que fuera la oposición Junts que el PSC. Y es que la calma en el discurso y la agresividad en los planteamientos no siempre se corresponden con el hecho de estar en el Govern o de liderar la oposición.
