La pérdida de vigor de Òmnium Cultural se ha visto reflejada en la elección de su nueva junta directiva por la Asamblea general de la entidad. La asociación promotora de la independencia de Catalunya informó, ayer, de que el nuevo presidente, Xavier Antich, había obtenido 21.758 votos. Además, anunció que podían haber participado en la votación 190.056 socios. Esto implica, pues, que sólo un 11,4% de los electores depositaron su voto en esta convocatoria. Por otra parte, los 21.758 votos que obtuvo Antich son 6.363 menos de los que se llevó Jordi Cuixart, en la asamblea de socios que le reeligió en junio de 2018.
En el portal de Òmnium Cultural se redondea la cifra de socios diciendo que tiene 190.000. Hace constar, asimismo, que cuenta con 14.840 voluntarios y 52 sedes. El aparato de esta entidad, que se creó durante el franquismo hace sesenta años, cuenta con una plantilla de más de cien empleados.
Òmnium Cultural ha perdido a todos los socios que no se consideran independentistas y, últimamente, ha sufrido también una sangría porque la han dejado los que ven la entidad demasiado moderada en la reclamación de la separación de Cataluña de España. Este sector más radical ve a Òmnium dependiente de las políticas que propone ERC y se decanta por apoyar a Junts y la Assemblea Nacional Catalana.
Los esfuerzos de la junta dirigida por Cuixart para atraer a Òmnium a gente procedente de los sectores trabajadores de poblaciones con muchos ciudadanos con vínculos familiares o de origen en España han fracasado. Las campañas para apropiarse de las luchas de estos sectores durante el franquismo no han dado los resultados esperados. El filósofo Xavier Antich, hermano del director del digital puigdemontista El Nacional, José Antich, tendrá que buscar otras fórmulas para evitar que la militancia de Òmnium Cultural siga disminuyendo.
