¿Por qué Laporta no nombró a Bartomeu en la presentación del Forensic?

Josep Maria Bartomeu

Josep Maria Bartomeu está todavía más tranquilo después de la presentación del resultado del análisis del Forensic por la sencilla razón de que, finalmente, y como había reiterado en las entrevistas concedidas tras la presentación de la liquidación de la temporada 2020-21, desde el club no se han presentado querellas ni demandas judiciales con peso, pruebas y argumentos.

De hecho, contra las grandes expectativas que la propia junta directiva de Joan Laporta había alimentado desde la campaña electoral, el gran día en el que por fin Bartomeu sería “condenado” y “enviado a la cárcel” se convirtió en una gran decepción para los muchos laportistas que clamaban para que se hiciera justicia.

Las acusaciones y las conclusiones presentadas fueron muy teóricas por parte de un abogado y de un presidente que ni siquiera se atrevieron a nombrar a Josep Maria Bartomeu como presunto responsable de nada. Ni una sola vez dijo el nombre de ‘Bartomeu’.

El ex-presidente había exigido a Laporta el mes de agosto pasado que hiciera público de una vez por todas aquellos resultados de la auditoría y de la Due Diligence que comprometieran o fueran susceptibles de conductas delictivas, sospechosas o irregulares. Se lo exigió, precisamente, en el cumplimiento de sus promesas electorales, afirmando que las conclusiones de la Due Diligence las conocerían todos los socios.

Se lo había pedido en una carta personal a la que el presidente Joan Laporta no respondió como debía hacerlo, sino con datos sueltos, capciosos, manipulados y sesgados de la auditoría. Al ruego de Bartomeu para que dejara de tirar la piedra y esconder la mano, lo que hizo Laporta fue seguir con esa táctica esquiva y cobarde de seguir con amenazas, sospechas e insinuaciones estirando la investigación con un Forensic que tampoco ha aportado nada nuevo ni nada que no sean probables ilícitos que la Fiscalía Provincial tiene ahora sobre la mesa.

La directiva de Josep Maria Bartomeu, cuando menos el grupo que acabó dimitiendo a finales de octubre de 2020, siempre se ha mantenido en una posición de tranquilidad, convencida de que su gestión, mejor o peor según se tengan en cuenta factores como el coste de mantener a Leo Messi o la caída de 400 millones de ingresos por la pandemia, podía ser criticable y opinable, pero que sí estaba exenta de cualquier infracción, dolo o negligencia susceptible de ser llevada a los tribunales.

Y hasta ahora los hechos demuestran que la junta de Joan Laporta no ha dado ese paso, el de acudir al juzgado, sino que se ha limitado a formalizar un relato presuntamente de conductas ilícitas y explicárselo a la Fiscalía. No es lo que había prometido ni es la consecuencia directa y obligada de una junta responsable que, si halla material delictivo, tiene la obligación de denunciar y reclamar ante la ley a los presuntos autores de un perjuicio para el club.

Una vez más se trata de ensuciar la imagen de la anterior directiva, de una estrategia mediática y de elegir el momento del calendario, a criterio de Laporta, en el que más requería distraer la atención de los socios, con fichajes por un lado y con el Forensic por otro, con tal de eludir los debates sobre el juego, resultados y expectativas del primer equipo de Xavi Hernández. En dos meses el equipo se ha visto descabalgado de la Liga, la Champions, la Supercopa y la Copa.

Era el momento de volver a atacar a Bartomeu, de nuevo tirando la piedra y escondiendo la mano igual que en los últimos diez meses.

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