Las sospechas infundadas de Vox se les giran como un bumerán

El último pleno del Parlamento de Cataluña empezó con el apoyo al diputado de la CUP Pau Juvillà para mantenerle el escaño. Para hacerlo, pero, la presidenta, Laura Borràs, tuvo que someter a votación del pleno la alteración del orden del día para incluir este punto, no previsto inicialmente en la planificación aprobada por la Mesa del Parlament.

En la votación de esta variación, se registraron 136 votos en total, una cifra extraña teniendo en cuenta que en la cámara hay 135 diputados, y además los tres del PPC no estaban. Como en muchos de los plenos de la pandemia, presencialmente solo había la mitad de los diputados y el resto habían delegado su voto a compañeros de grupo.

Lo que pasó es que el sistema estaba otorgando voto delegado a cuatro diputados que sí que estaban presentes. Un error del sistema, sin más importancia. Pero al hacer la pausa para ver donde estaba el error, los diputados de Vox empezaron a esparcir por los pasillos que había “un pucherazo de Borràs y los independentistas”. Finalmente, resultó que los cuatro que habían votado doble por error del sistema eran diputados de Vox. La sospecha, infundada, se les giró en contra como un bumerán.

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