La consellera de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, Teresa Jordà, de visita en el parque offshore de Middelgrunden, situado frente a la costa de Copenhague, confirma la apuesta del Govern por la energía eólica marina. Defiende que es la que tendría menos impacto ambiental y social.
Según ha dicho, para conseguir la misma energía habría que instalar 2.300 megavatios (MW) de potencia en placas solares fotovoltaicas, con un impacto ambiental y de ocupación del territorio muy superior. Jordà ha asegurado que, debido a la transición energética, es necesario que en 2030 en Cataluña haya 1.000 MW de potencia de energía eólica marina.
Así, aunque sin nombrarlo en ningún momento, Jordà ha apoyado el único proyecto que existe actualmente en trámite de energía eólica marina en Cataluña, el Parc Tramuntana. La polémica instalación está proyectada en la bahía de Roses, en el Empordà.
De todas formas, por las dimensiones del proyecto, 500 MW de potencia, y por situarse dentro del mar, la tramitación y la aprobación no dependen de la Generalitat, sino sólo del gobierno español.
Es un proyecto todavía en fase de redacción que impulsan las empresas Sener y Blue Float Energy, que prevén que se pueda poner en funcionamiento en unos cuatro años, inicialmente con 35 grandes molinos de viento.
Este proyecto, puesto en marcha hace un año, ha puesto en pie de guerra a mucha gente del Empordà, que en mayo se reunieron en la plataforma Stop Macro Parc Eòlic Marí para promover que se detenga.