Trabajadores, empresarios y vecinos del barrio de Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera del distrito de Ciutat Vella (Barcelona) aseguran que desde hace meses viven en una situación de inseguridad debido al incremento de robos en los comercios la zona . Durante las últimas semanas, además, estos delitos se han producido prácticamente a diario, afectando a todo tipo de comercios -peluquerías, tiendas de ropa, locales de fotografía, etc.- hecho que ha empeorado aún más la situación de los comerciantes a raíz de la pandemia.
Como explica el representante de la Asociación Santa Caterina, Miguel Ángel Ortega, más allá de las pérdidas económicas que comportan estos delitos, suponen también un problema para la experiencia de los ciudadanos y turistas. «Durante el día, se cometen muchos robos de móviles, carteras, ordenadores, productos de los comercios… Y por la noche, se producen allanamientos en los locales que causan destrozos en los cristales y el mobiliario», relata Ortega, quien añade que el incremento de estos casos repercute también en el día a día de los vecinos y de las personas que pasan por la zona, quienes se sienten inseguras. «Esta situación hace que tengan una mala experiencia», señala el representante de la entidad, quien lamenta no poder hacer nada al respecto.
«Como asociación de comerciantes y vecinos también velamos por el buen desarrollo del barrio, pero no podemos controlar lo que pasa de puertas hacia fuera de los comercios», explica Ortega, quien afirma que hace falta más «voluntad política» para acabar con la problemática de los robos . En este sentido, a pesar de que el incremento de estos delitos comenzó después del verano, ni los tenderos ni los vecinos han notado que se haya incrementado la presencia policial salvo en ocasiones muy puntuales, lo que ha contribuido a que exista cierta sensación de impunidad.
Respecto al papel del Ayuntamiento de Barcelona, el representante de la entidad considera que no les tiene lo suficientemente en cuenta, y señala que muchas de las acciones que han propuesto para mejorar el barrio no tienen ningún recorrido «por motivos económicos». «Nos sorprende ver que el consistorio compra locales para nuevos proyectos, pero se niega a darnos más financiación para poder para poder llevar a cabo estas acciones de mejora», lamenta Ortega, quien asegura que apaciguar la situación depende, mayoritariamente, de las decisiones que tome la Administración.
