Un informe del Hospital Clínic publicado por El País reflejaba recientemente que en un 30% de las agresiones sexuales sufridas por mujeres se había producido algún tipo de sumisión química. En el caso de las menores de 25 años, ese porcentaje se eleva hasta el 55%. Diversos estudios indican que se trata de un delito en auge y por eso cada vez son más las activistas que alzan la voz para denunciarlo.
Gloria Martínez y Marta Asensio, dos víctimas de abusos sexuales tras haber sido sometidas mediante drogas o fármacos, han entregado esta semana en el Ministerio de Justicia más de 105.000 firmas obtenidas a través de Change.org para reclamarle al Gobierno un protocolo específico para que médicos y jueces sepan cómo actuar frente a esta problemática.
«Esperamos que se cree pronto un protocolo que garantice los derechos de todas las mujeres que han sufrido sumisión química», declaró Asensio ante la puerta del Ministerio, según recoge InfoLibre. El texto de la iniciativa pide a la Justicia que quienes se enfrenten a casos de sumisión química lo hagan de una «manera apropiada» para impedir «no dar carta blanca a los violadores para seguir haciéndolo».
Gloria Martínez tiene 70 años y denuncia haber sido víctima de sumisión química por parte de sus vecinos. Tras gastarse más de 3.000 euros en pruebas que lo acreditaran, el juzgado de Estepona archivó su caso. Con su testimonio, quiere poner el foco en que también hay quien se aprovecha de las personas mayores mediante drogas o fármacos. De hecho, denuncia que «este tipo de sustancias son mucho más accesibles de lo que parecen».