Xavier Escribà ha obtenido en el gobierno de la Generalitat lo que no consiguió en la Xarxa Audiovisual Local (XAL) de la Diputación de Barcelona: que crearan un puesto de trabajo hecho a su medida y con una buena remuneración. En la primavera del año pasado, Escribà tenía que abandonar el cargo de gerente de la XAL porque ya había completado el período máximo de ocho años que podía ostentarlo. El PSC y Junts gobiernan en coalición la Diputación de Barcelona y el equilibrio de poder entre ambas formaciones se traslada a la XAL, donde pactaron que el consejero delegado lo propusiera el PSC y el gerente, el partido de Carles Puigdemont. Escribà, fiel seguidor del expresidente de la Generalitat, quería seguir en la XAL y Junts le preparó un nuevo cargo pensado para él: “jefe del Área de Economía y Gestión de los Servicios generales”. La operación era tan chapucera e ilegal que fue denunciada en la Oficina Antifrau y tuvo que suspenderse el concurso para optar a este cargo.
El gobierno de la Generalitat, sin embargo, ha salido a recuperar a Escribà para la administración pública y, además, le ha suministrado un buen sueldo. Desde el pasado 9 de octubre, Xavier Escribà tiene un salario anual de 72.021,48 euros como «asesor de políticas transversales de difusión institucional». No se sabe muy bien en qué consiste este trabajo y en sus perfiles en las redes sociales no ha colgado ningún comentario dando a conocer su nombramiento y a qué se dedica en su nuevo despacho. Asesora a Jofre Llombart, secretario de Difusión del gobierno, adscrito al Departamento de Economía y Finanzas que dirige Jaume Giró.
De todas formas, la remuneración del gerente de la XAL es superior. Antoni Molons, su sustituto en este trabajo, cobrará 87.097,54 euros al año. Es decir, con el cambio de silla en la administración pública, Escribà perderá unos 15.000 euros anuales. Su marcha de la XAL ha sido tan sonada como lo fue su llegada. Pocos días después de sentarse en el despacho como gerente, comunicó el despido a una docena de periodistas que estorbaban a la nueva dirección de la Diputación de Barcelona, que había ido a parar a manos de CiU y el Partido Popular. La mayoría de esos periodistas tenían connotaciones progresistas. La salida de Escribà también fue ruidosa. Envió una áspera carta a los directores de las televisiones locales adscritas a la XAL donde afirmaba que “seguro que muchos de la casa y de fuera se alegrarán y brindarán. Me da igual. Va con el cargo”.
El nuevo gerente de la XAL, Antoni Molons, fue confirmado este jueves en su cargo en una Junta General Extraordinaria de esta institución. Molons fue identificado en el juicio celebrado en el Tribunal Supremo sobre la organización del referéndum del 1 de octubre de 2017 como ‘el tal Toni’ que aparecía citado en las investigaciones judiciales. Varios testigos que declararon en el juicio se refirieron al ‘tal Toni’ como la persona que les encargó carteles y material necesario para la celebración y difusión del referéndum. Él compareció también en ese juicio pero se negó a declarar aduciendo que estaba siendo procesado en otro juzgado, el de instrucción número 13, por otra causa vinculada al mismo proceso. El 1 de octubre de 2017 ocupaba el cargo de secretario de Difusión y Atención Ciudadana del gobierno presidido por Carles Puigdemont. Fue cesado a raíz de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña pero después de las elecciones de diciembre de 2017 pasó a ser secretario de Comunicación del gobierno y Medios de Comunicación del ejecutivo que presidió Quim Torra.
Tras la formación del gobierno presidido por Pere Aragonès, Molons fue cesado de su cargo en el gobierno de la Generalitat. En julio del año pasado ya fue propuesto para hacerse con la gerencia de la XAL, pero el grupo de Ciudadanos de la Diputación presentó un recurso ante el Consejo de Administración de la XAL para que detuviera su nombramiento. Salvador Tovar, portavoz de Ciudadanos en la Diputación, denunció que con su nombramiento se facilitaba el acceso al puesto de trabajo a una persona cuya elección no había sido el resultado «de un proceso selectivo justo y transparente» y que se habían omitido los requisitos constitucionales de la contratación pública, como publicidad, igualdad, mérito y capacidad”. El recurso detuvo el nombramiento de Molons y obligó a realizar un proceso de selección abierto a más candidatos que ahora se ha resuelto. La XAL ha estado medio año sin gerente.
