La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha demostrado que tiene su propia agenda política y que quiere sacarla adelante, con JxCat o sin, y tanto si va con su cargo como si no. De hecho, a menudo se le ha reprochado que haya querido marcar acciones de gobierno o de los partidos desde la presidencia del Parlament, una figura que no tiene atribuidas funciones ejecutivas ni de impulso político.
Pero ahora, además, intenta implicar la institución que lidera: ha encargado a los servicios jurídicos del Parlament que estudien como llevar a la Fiscalía las declaraciones de Villarejo sobre los atentados del 17-A, sin que esto tenga nada que ver con su cargo.
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