Gerard Piqué salió ganando de Arabia Saudí, pues una de la división de sus negocios con Kosmos es la tenedora y organizadora de la Supercopa de España. Mejor para él, sobre todo durante estos días en los que se ha visto obligado a defender que no gana tanto como se había dicho a raíz del informe de Lluís Canut.
Los negocios del central azulgrana se han convertido, en parte por su culpa, en un recurrente tema periodístico porque le gusta hacer ostentación de ellos y porque no todas sus inversiones le salen como le gustaría ni son productivas por el simple hecho de contar con su presencia mediática y su impulso empresarial. Hoy en día no es suficiente.
Piqué probó suerte con una empresa de videojuegos que, como un restaurante y unas bebidas energéticas, debió cerrar antes de embarcarse en productoras y otras iniciativas mediáticas, que finalmente desembocaron en una alianza estratégica con Hiroshi Mikitani para la creación de Kosmos, una sociedad financieramente muy potente que ha comprado la Copa Davis o el Andorra, también a través suyo la Supercopa de España.
El origen de esa amistad y alianza empresarial guarda relación con el patrocinio de Rakuten, propiedad también de Hiroshi Mikitani, con quien Gerard Piqué hizo buenas migas a raíz de que, por culpa de una lesión de rodilla, el empresario acabara bajo el control y el cuidado de los servicios médicos del propio club.
También fue, para Gerard Piqué, el descubrimiento de un filón de cara a futuros negocios, pues por un lado se ató al empresario japonés y por otro supo moverse con suficiente habilidad para conseguir un contrato individual de Beko, el patrocinador que hasta el año pasado lució en el brazo de la camiseta y que esta temporada sigue vistiendo la ropa de entrenamiento del primer equipo.
El patrocinador turco entendió que podía ser interesante reforzar su estrategia de marketing con el fichaje de un futbolista del primer equipo como Piqué, que acabó firmando un acuerdo por tres temporadas a razón de 700.000 euros anuales.
No es lo habitual que los futbolistas, que ya cobran por la cesión de sus derechos como jugadores del Barça para las campañas de publicidad de sus patrocinadores, negocien unas condiciones particulares. En el caso de Piqué lo consiguió y el club no vio otra alternativa que autorizarlo puesto que Beko mostró también interés en negociar con el deportista.
Aunque no directamente procedente del club, Piqué también obtuvo unos ingresos extra, evidentemente relacionados con la explotación comercial del FC Barcelona.
