El excomisario de la Policía Nacional José Manuel Villarejo ha añadido este miércoles nuevas referencias que matizan la responsabilidad sobre los atentados perpetrados en Catalunya en agosto del 2017 que atribuyó este martes, declarando en la Audiencia Nacional, al exdirector del CNI Félix Sanz Roldán.
Villarejo ha reiterado ante un grupo de periodistas que Sanz Roldán quería dar «un pequeño susto» a Catalunya, y ha añadido que la situación se descontroló para el CNI cuando el imán de Ripoll y cerebro de la célula, Abdelbaki es Satty, murió en la explosión de una casa de Alcanar en la víspera de los ataques ocurridos en Barcelona y Cambrils.
En concreto, sobre lo que denomina «susto», ha explicado ahora que «muchas veces se han provocado comandos ficticios para tranquilizar y tal, y que, probablemente, la intención en absoluto fuera provocar ningún atentado».
En cambio, sí que ha afirmado que el CNI trabajó con Es Satty y que pretendía “dar la apariencia del riesgo para que Cataluña sintiera la necesidad de la protección del Estado, y se fue de las manos cuando el imán muere y los pequeños, jovencitos, no saben cómo reaccionar”.
Villarejo, a quien se interroga estos días como acusado en el juicio por tres piezas del caso Tándem, ha lamentado que «ya están con el mantra de que no hay pruebas» y ha vuelto a reclamar que le devuelvan sus archivos y agendas, donde dice que hay pruebas que sustentan sus afirmaciones.
